Cuando hay un incendio en un rascacielos, las reglas de seguridad dicen que no se deben tomar los ascensores y que en su lugar, se baje por las escaleras. Pero . . . ¿y si tomar el ascensor fuera la forma más rápida y segura de evacuar un edificio en llamas?

Una nueva compañía israelí, Salamandra Zone, tiene como objetivo facilitar que las personas atrapadas en un edificio en llamas puedan escapar usando los ascensores. Un ascensor moderno se cierra automáticamente cuando detecta un incendio debido a que los gases de éste pueden llenar la cabina en minutos.

Según estadísticas, 95% de las muertes en incendios de edificios son causadas por la inhalación de gases y no por quemaduras.

Esos mismos gases también llegan hasta las escaleras, lo que las convierte en un lugar tan tóxico como el ascensor, o incluso más, ya que puede ser muy peligroso cuando muchas personas bajan a la misma vez, a lo que hay que sumar su pánico.

La solución que propone Salamandra Zone es la siguiente: No cerrar los ascensores y en su lugar, convertirlos en “cabina de seguridad” que pueda facilitar las labores de rescate.

El producto principal que está desarrollando la compañía para incendios se llama B-Air, y consiste en una pequeña caja situada en la parte superior del ascensor.

Tiene dos funciones. Una es convertir los gases tóxicos en gases que puedan ser respirados en nanosegundos. La otra es que agrega un ventilador de gran potencia en el techo de la cabina que sopla aire frío al ascensor y evita que el humo entre. Funciona incluso cuando las puertas del ascensor están abiertas. Tiene una batería de repuesto que puede funcionar durante al menos tres horas.

Prueba con B-Air en un ascensor simulado. Cortesía.

“Los rascacielos son muy delicados”, dijo Gil Tomer, director de operaciones de Salamandra Zone, a ISRAEL21c. “Quedarse quieto en un sitio esperando el rescate de los bomberos no es una solución. Las escaleras de bomberos más largas del mundo sólo pueden llegar al piso 12”.

Peligros en los pequeños también

Los rascacielos modernos pueden tener más de 100 pisos. Por ejemplo, el Burj Khalifa, en Dubai, tiene 160 y 57 ascensores. Sin embargo, los edificios más pequeños también pueden ser problema. Un ejemplo es Grenfell Tower, en Londres, un edificio de apartamentos de 24 plantas, donde un reciente incendio mató a 72 personas. Los bomberos les dijeron a los residentes que permanecieran en sus apartamentos hasta ser rescatados. La orden resultó trágica.

Los sensores de B-Air son tan sofisticados que detectan la concentración exacta de gases tóxicos que hay en el exterior. La unidad contiene una mezcla contra los químicos que debería reaccionar de forma instantánea a los gases y convertirlos en oxígeno que se pueda respirar. Los componentes del CO2, por ejemplo, se separan de tal forma que sólo quede O2.

Mientras va convirtiendo los gases, B-Air absorbe el aire tóxico del eje del ascensor a la cabina a 72 kph, con lo cual crea una zona de alta presión que deja fuera los gases que no se han podido filtrar completamente. Esta tecnología se puede instalar en un ascensor ya existente.

El equipo de Salamandra Zone. Cortesía.

Para que un edificio cambie su protocolo de evacuación y permita que los ascensores sigan en funcionamiento durante un incendio, B-Air debe funcionar a la perfección. Esa fue la primera razón por la que a principios de este año los siete miembros del equipo de Salamandra Zone pasaron tres semanas en las oficinas de Underwriter’s Laboratory, en Estados Unidos, para hacer pruebas.

Según Tomer, aún faltan dos o tres años para que B-Air sea lanzado al mercado, que se hará en colaboración con un fabricante de ascensores. Salamandra tiene la intención de instalar el sistema en tres plantas industriales en Israel.

En caso de escapes

El segundo producto de la compañía, C-Air, es para plantas industriales donde podría ocurrir un escape de gas o simplemente para limpiar de forma más eficaz y barata la contaminación de las instalaciones.

Muchas plantas combinan todas sus fuentes de emisiones en un mismo conducto y de ahí las pasan por una “depuradora” antes de expulsarlas a la atmósfera, dijo Tomer. “Sin embargo, en los mejores casos esto tiene una eficacia del 40%”.

Si se instalara C-Air al final del conducto, solo o con la depuradora, el aire se limpiaría en un 99,8%, explicó. Además, “la infraestructura de este dispositivo es más barata y precisa de menos químicos”, agregó.

Gil Tomer, director de operaciones de Salamandra Zone. Cortesía.

Tomer espera que C-Air pueda salir a la venta este año, justo a tiempo para que las fábricas europeas puedan ajustarse a la nueva normativa de la Unión Europea sobre contaminación, que pasa de medir la concentración a medir directamente el peso.

Una vez que el sistema gane popularidad en Europa los objetivo serán Estados Unidos y China. Las ciudades de ésta son conocidas por estar contaminadas.

Salamandra Zone fue fundada en 2014 por Marat Maayan, que sirvió durante 27 años en las Fuerzas de Defensa israelíes. Una de sus funciones antes de retirarse fue identificar los peligros de los edificios de instalaciones estratégicas. Uno de los problemas que encontró fue el de las evacuaciones durante incendios.

Maayan se puso en contacto con un profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Yoel Sasson, y juntos fundaron Salamandra Zone como aventura empresarial. Las oficinas de la compañía están en Yehud, y el departamento de investigación y desarrollo está en la universidad. La empresa ha obtenido 2,5 millones de dólares gracias a la Autoridad de Innovación Israelí, inversionistas privados y a Mayaan.

Una de las Torres Gemelas durante del ataque del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. Foto de Shutterstock.

¿Pudo la compañía haber ayudado a salvar a más personas durante el atentado del 11 de septiembre a las Torres Gemelas de Nueva York?

Tomer cree que sí.

“Creamos modelos fijándonos en los dos edificios”, explicó. «En uno de ellos las llamas no llegaron hasta el sistema que detiene los ascensores, por lo que se podía haber evacuado a las personas con mayor rapidez. No quiero dar un número concreto pero calculo que estaría alrededor de los cien”.

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