Pensando en una romántica luna de miel en el sur de España hace tres años, Itai Marcipar buscó y reservó hoteles en el Internet. «Estaba 100 por 100 seguro de que me dieron el mejor precio», dijo.

Días después decidió buscar una habitación mejor de la que había reservado. «Me di cuenta de que la misma habitación era ahora 30 por ciento menos», agregó. Empezó a revisar las otras reservaciones que había hecho y vio que había habido otros cambios en los precios, algunos de ellos importantes. Volvió a reservar las habitaciones, pero a precios más bajos.

Mientras viajaba por España comenzó a darle vueltas a una idea: acababa de graduarse en el Technion —Instituto de Tecnología de Israel, en Haifa—, y conocía los pormenores de la programación informática. ¿Podría ayudar a otros viajeros a que no pagaran más de lo que debían cuando hacían reservaciones de hotel?

La respuesta se hizo realidad hace un año cuando lanzó Pruvo, un sitio que automatiza un proceso que puede consumir mucho tiempo y que a Marcipar le tocó hacer manualmente. Así funciona: Envíe por correo electrónico una copia de la reservación a Pruvo, y el sitio, que opera en español, inglés y hebreo, busca y le avisa cuando encuentre que el precio ha bajado. Puede luego cancelar y volver a reservar, ya sea en el sitio donde hizo la reservación inicialmente o con Pruvo. Hay, sin embargo, una condición: la reservación puede ser cancelable o no el proceso no será posible.

“Pruvo espera procesar al menos 10.000 reservaciones mensuales sólo en Latinoamérica en 2018”.

Si Pruvo encuentra una oferta mejor, «le decimos siempre al usuario que haga primero la nueva reservación para que no se arriesgue a cancelar la anterior y evitar que no encuentre nada», Marcipar explicó a ISRAEL21c.

También hay una extensión para el navegador de Google Chrome para que no tenga que enviar correos electrónicos a Pruvo por cada hotel donde haya reservado.

Marcipar y el director de tecnología de la compañía, Regev Brody, descubrieron mientras programaban el sistema que aproximadamente el 40% de las reservaciones baja de precio en algún momento después de haberse hecho. El ahorro puede ser hasta un 67 %del precio original.

Un ejemplo de cómo Pruvo ahorra dinero a los viajeros. Cortesía.

Pruvo no es el único sitio que ayuda a viajeros a ahorrar dinero en las reservaciones. DreamCheaper es el más grande, dijo Marcipar, pero la desventaja es que el usuario tiene que dar el número de la tarjeta de crédito y el cobro es del 20%.

Pruvo, el contrario, es gratis para los usuarios. La compañía cobra una comisión a los motores de reservaciones con los que ha establecido acuerdos de afiliación, entre ellos Booking.com, Expedia, Travelocity y otros.

Pruvo les muestra a los usuarios tarifas más baratas incluso de sitios no afiliados, lo que significa que si vuelven a reservar con ellos la compañía no gana nada. «Queremos que todo el mercado sea transparente para el usuario», dijo. «Otros servicios obligan a que uno vuelva a reservar a través de su propio sistema».

Claramente, las ganancias no son el principal objetivo de Marcipar, al menos por ahora. «Hemos dedicado un año a aprender el comportamiento de los clientes», explicó a ISRAEL21c.

Pruvo puede operar de esa manera porque todavía es pequeña. La manejan sólo Marcipar, Regev y el jefe de desarrollo comercial Doron Nadivi y empezó desde cero.

Pero eso está a punto de cambiar.

En el momento Pruvo está buscando dinero a través de la plataforma de financiación colectiva ExitValley, que opera en Israel. «Habíamos establecido un objetivo mínimo de 100.000 dólares, y después de sólo una semana, ya habíamos rebasado esa marca», dijo Marcipar.

Itai Marcipar, fundador de Pruvo. Cortesía.

ExitValley ofrece a los inversores acciones en la compañía y Marcipar considera que eso beneficia a todos. «Creamos así una relación a largo plazo con personas que invierten en la compañía. Y también ganamos embajadores para que sean nuestros socios y difundan el mensaje».

El mercadeo viral en las redes sociales ha sido clave para la promoción de Pruvo. Con mínima publicidad en Facebook, la compañía, que tiene un sitio móvil pero no cuenta con una aplicación específica para teléfonos inteligentes, o smartpnones, ha creado una base de clientes leales. «Hemos ayudado a que los usuarios ahorren más de 200.000 dólares desde que lanzamos el proyecto el año pasado», dijo Marcipar. «Y hemos monitoreado reservaciones por valor de más de 6 millones de dólares».

Hasta ahora, la mayoría de los usuarios están en Israel, pero hay un número creciente en el exterior, en particular de Sur y Centroamérica. No es tan sorprendente, pues Nadivi vive en Costa Rica. «Se convirtió en uno de los primeros clientes y era bloguero de viajes», dijo Marcipar. «Escribió un artículo sobre Pruvo y, con el tiempo, nos hicimos amigos. Hace cuatro meses le pedimos que se uniera a la compañía».

Nadivi es israelí. Después del prestar el servicio militar viajó a América Latina y ahí se quedó. Aunque Marcipar nació en Israel, tiene un nexo de familia con las Américas: sus padres son de Argentina. Habla español con fluidez.

Pruvo espera procesar al menos 10.000 reservaciones mensuales sólo en América Latina para 2018.

¿Y qué hizo Marcipar con el dinero que ahorró con las reservaciones para la luna de miel? «Fuimos a un restaurante de renombre en Madrid», dijo.

Sin reservación alguna, un delicioso abrebocas para un viajero emprendedor.

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