Era un soleado día en 2006 y Merav Carmi, conduciendo por la pintoresca carretera que lleva al desierto de Arava, estaba nerviosa. Dejaba atrás un prestigioso trabajo de periodismo en televisión para dedicarse a construir edificios de barro con un grupo de desconocidos en el Kibbutz Lotan.

Tenía 32 años, estaba soltera y quería empezar una nueva vida.

Se había destacado en una exitosa carrera que no tenía nada que ver con sus raíces, que se remontaban a una granja que había estado en la familia por seis generaciones en Nahalal, en el valle de Jezreel, en el centro de Israel. Pero una pasión por el diseño sostenible la llevó al Programa de Diseño y Capacitación en Permacultura en el Centro de Ecología Creativa del Kibbutz Lotan, conocido como Aprendizaje Verde (en inglés, Green Apprenticeship).

Desde el 2000, unos 700 estudiantes israelíes y de otras partes del mundo han asistido al programa, donde han aprendido principios básicos de construcción, agricultura y estilos de vida basados en el ecosistema natural.

Los egresados han puesto en marcha proyectos como huertos comunitarios y empresas de construcción “verdes”. Algunos desempeñan ahora puestos de liderazgo en Hazon, una organización que tiene como objetivo fortalecer los lazos de la comunidad judía estadounidense a través de proyectos de alimentación saludable y el medio ambiente. Carmi asistió a Aprendizaje Verde con una beca que le otorgó Hazon.

En medio del barro y el abono natural descubrió un espíritu de regeneración y propósito. Sus compañeros de programa, de México y Nueva Zelanda, experimentaron lo mismo.

“De repente, vi claramente cómo quería vivir mi vida y criar a mis hijos. Me pareció que estaba adquiriendo el conocimiento para hacer el trabajo espiritual para cambiar mi vida y la vida de otros”, dijo Carmi a ISRAEL21c.

Merav Carmi en Kaima Nahalal. Cortesía.

Y cuando descubrió que el suelo de la granja de su familia era perfecto para hacer materiales arcillosos, todo empezó a tener sentido para ella.

“Quería crear un centro en Nahalal donde la gente pudiera venir a poner en práctica lo que había aprendido. Otros estudiantes decidieron colaborar conmigo. Pusimos en marcha una empresa, Yesh MeAyin [Algo de la nada, en hebreo], sin dinero, sólo con la idea de que podía ser realidad”.

Después de que el centro estuviera bien establecido y ofreciera visitas, talleres y cursos, Carmi y dos socios decidieron añadir la sucursal de una franquicia de granjas sostenibles llamada Kaima Nahalal. Con sede en Beit Zayit capacita y emplea a jóvenes de 15 a 18 años que han abandonado la escuela secundaria. Las primeras 12 alumnas llegaron a mediados de 2017.

“Aprendizaje Verde cambió mi vida”, dijo Carmi. “El programa es mágico. Desarrolla habilidades, crea un sentido de solidaridad y nos permite ver cuáles con las verdaderas prioridades”.

Proyectos prácticos en varios campos

Mike Kaplin, director del Centro de Ecología Creativa de Lotan, explicó a ISRAEL21c que muchos participantes de Aprendizaje Verde “atraviesan una encrucijada en sus vidas y buscan la experiencia que ofrece un kibutz, además de una experiencia ecológica, y aquí encuentran todo eso y muchísimo más”.

El objetivo del programa es “abrir un campo de posibilidades para las personas y darles la confianza para convertirse en agentes de cambio. Incluso los cambios más pequeños pueden marcar la diferencia. Todos los que vienen aquí se inclinarán por algo, ya sea diseño ecológico, purificación de agua o jardinería orgánica, lo que tendrá influencia en su futuro camino en la vida”, dijo.

En los varios programas que cubre el curso, de cuatro semanas de duración, se estudia agricultura sostenible (41 horas), construcción natural (25 horas), energía renovable y tecnologías alternativas (24 horas), diseño ecológico (11 horas), desarrollo comunitario (49 horas) y diseño permacultural (39 horas).

Casa de adobe y jardín en el kibutz. Foto de Zoe Sher/zoesherphotography.com.

El curso concluye con proyectos prácticos presentados por los estudiantes, que por lo general tienen por fin suplir una necesidad del kibutz. Pero en otras ocasiones están destinados para otros países, como un centro de artes escénicas “verde” en Ghana o una procesadora de leche de almendras en California.

Alex Cicelsky —veterano miembro de Lotan, investigador en ingeniería energética de la Universidad Ben-Gurion y cofundador y miembro del cuerpo docente del Centro de Ecología Creativa— explica que el kibutz adoptó los objetivos de la permacultura a mediados de la década de los noventa.

“Investigamos cómo construir con balas de paja y empezamos a hacerlo así. Logramos acondicionar la tierra con abono natural de la lechería para cultivar verduras y árboles de moringa. Nuestro salón de té fue el primero con paneles solares conectado a la red eléctrica en todo el país”, dijo.

Cuando el kibutz se estableció en 1983, “todo lo que teníamos aquí era arena y agua salada”, agregó.

Los participantes del programa se reúnen alrededor de una hoguera. Foto de Zoe Sher/zoesherphotography.com.

Un reciente grupo que asistió al programa estuvo integrado por diez israelíes y diez extranjeros, y el primer participante palestino, dijo Cicelsky.

“Uno de los principios de la permacultura es que la diversidad y la variedad traen estabilidad. En el desierto la vida es diversa, donde se ven acacias y arrecifes de coral, entre otros, e incorporamos eso socialmente”.

Maya Galimidi, de 36 años, vino a Aprendizaje Verde mientras trabajaba como organizadora de conferencias en Estambul, donde vive. Participó como voluntaria el año pasado en la ecoaldea del kibutz organizando clases, pasantías y proyectos de voluntariado para estudiantes internacionales, ex alumnos del programa y empleados de empresas. Su plan es vivir en Israel permanentemente.

“Es difícil no perder la esperanza cuando hay tantas cosas que pasan en el mundo con la pérdida de recursos naturales”, dijo. “Pero me he convertido en alguien que tiene esperanza”.

Agregó: “La esperanza aumenta cuando uno sabe cómo construir un hábitat sostenible, purificar el agua y cultivar verduras en tierra que tiene abono natural”.

Para más información, haga clic aquí.