Un sustituto del acero de gran resistencia, desarrollado en Israel, que fue enviado al espacio por la NASA, ha regresado ahora a la Tierra para ser usado en prótesis de cadera.

El material, que recibe el nombre científico de MP-1, es un polímero versátil y biocompatible, resistente al calor, ligero y muestra poco desgaste, cualidades que lo hacen importante para ser usado en el espacio.

MP-1 funciona igual de bien en las cirugías de articulaciones. La primera vez que se usó en humanos fue en una operación hace 12 años en Nueva Zelanda. Desde entonces, se han realizado 74 cirugías en ese país.

Ahora el material ha regresado a Israel, cerrando así un círculo, donde se usó hace tres meses en dos operaciones. La primera, realizada por el doctor Daniel Levin, fue de una mujer de unos 60 años que necesitaba una prótesis de cadera. La segunda se practicó la semana pasada en otra paciente, Roxana Smarsky, de 48 años, de Yokne’am Illit, al norte del país, bajo la dirección del doctor Doron Norman.

Ambas se llevaron a cabo en el Centro Médico Rambam, en Haifa.

MP-1 fue desarrollado por Aliza Buchman, directora de desarrollo de MMA Tech, una nueva compañía con sede en Nahariya, en colaboración con el profesor Robert Bryant, de la Universidad de Virginia.

“Uno de los problemas con las prótesis existentes es el desgaste”, dijo Levin. “Con el tiempo, los pacientes deben someterse a otra cirugía y reemplazar el implante, pues se afloja y agrieta. Con el nuevo material aumentan las expectativas de durabilidad a largo plazo y la posibilidad de que los pacientes tengan una mejor calidad de vida”.

MP-1 ofrece otras posibilidades en medicina, pues se piensa usarlo en prótesis de rodilla, y nuevas en odontología, donde se puede usarse en implantes dentales.