No es difícil entender por qué Ahmed y Tamam, de la localidad árabe de Kfar Kassam, a unos 20 kms al occidente de Tel Aviv, llamaron a su hija Ibtihaj (alegría).

La niña nació con un raro defecto llamado onfalocele, en el cual se presenta protrusión de los intestinos u otros órganos abdominales a través del ombligo.

La afección fue detectada en una ecografía prenatal y el médico de la familia sugirió un aborto.

“Estábamos destrozados”, dijo Ahmed. “Los doctores que vimos en otros centros médicos grandes también nos recomendaron un aborto. Mientras tratábamos de absorber la noticia, vimos en televisión un programa sobre un bebé con un problema similar que fue tratado en el Hospital Hadassah y cuya vida fue salvada. Fuimos a Jerusalén y el doctor Dan Arbell, cirujano pediátrico, nos mostró fotografías de niños con situaciones aún peores que ahora están en la pubertad y que llevan una vida normal. Resultó, pues, que la niña nuestra no se encontraba tan grave como los doctores nos dijeron. Él nos dio esperanza”.

En un examen en la seccional de Hadassah de Ein Karem, en las afueras de Jerusalén, un mes antes de que Tamam diera a luz, un equipo de doctores determinó que era necesario adelantar el parto.

Apenas 17 horas después de nacer, la niña se sometió a una cirugía en la que Arbell y su equipo volvieron a colocar los órganos en su lugar. Habían realizado operaciones similares antes, pero esta vez cerraron la herida con TopClosure, un parche inventado en Israel para soldados heridos en combate.

“El verdadero reto era un agujero de cinco centímetros en el abdomen,” explicó Arbell. “A veces el agujero no puede cerrarse después de la cirugía inicial y frecuentemente son necesarias más operaciones después. Decidimos hacer uso de un parche plástico quirúrgico llamado TopClosure inventado en Israel por un cirujano israelí, el doctor Moris Topaz, pero que nunca se había usado para un recién nacido”.

TopClosure estira la piel alrededor de la herida para evitar la necesidad de injertos de piel, y permite que se cure de forma estética y saludable.

“Le pedimos al doctor Topaz que participara en la operación porque queríamos ver si su invento estimulaba la cicatrización de la piel de la bebé por sí misma. ¡Y funcionó! Estamos encantados y optimistas, creemos que no será necesaria otra cirugía en el futuro”, dijo Arbel.

“Se nos conoce por estar dispuestos a salvar la vida de bebés que otros creen que es mejor abortar”, añadió. “Por eso, atendemos de tres a cinco bebés cada año con desórdenes tan graves como éste. Seguiremos siendo pioneros en el uso de este magnífico invento israelí”.

La niña pasó tres semanas en cuidados intensivos en el hospital y ahora se espera que viva una vida larga y saludable.

Ahmed dijo en un comunicado: “‘Gracias’ no es una palabra lo suficientemente grande para expresar lo que sentimos por el equipo del Hadassah. Ustedes han salvado a nuestra pequeña y nos han dado una inmensa alegría a nosotros, a nuestras familias y a toda nuestra comunidad”.