La gente me pregunta frecuentemente: “¿Qué hace que Israel sea una cuna de innovación?”

He pensado mucho en eso y, francamente, creo que comienza desde la cuna. Por supuesto, soy madre e israelí, así que tal vez puedo ser un poco parcial, pero creo que la respuesta hay que encontrarla en la forma como los israelíes de hoy crían a sus hijos.

Desde el momento en que empiezan a caminar, alentamos a nuestros hijos a que exploren el mundo que les rodea, con toda libertad y sin temores o restricciones, lo cual no es siempre fácil para una madre. Lo hacemos cuando decimos “no” o evitamos que nuestra preocupación por que puedan caerse o hacerse daño controle nuestras acciones.

Cuando tuve a mi primer hijo, Yonatan -en realidad, antes de tenerlo-, me di cuenta de que preocuparme y comunicarle esa preocupación y miedo era una decisión que debía tomar. Fue una decisión difícil, porque no es lo que estamos condicionadas para hacer naturalmente, pero en el país hay muchas madres como yo que deciden no preocuparse demasiado porque sabemos que eso no mejora nada y que, al contrario, puede infundir miedo y ansiedad en el niño.

Mi propósito como madre e israelí no se limitaba a mantener a mi hijo libre de peligros o enseñarle lo que yo sabía. Era más que eso. Era, y aún lo es, darle verdadera independencia.

La independencia real significa saber apartarme de su camino, dejarlo caer, dejar que explore en lugares que no son seguros y ayudarlo, cuando esté listo, a procesar esta información y a que entienda el significado por sí mismo. No se trata de una independencia condicional, ya que no se limita a lo que me haga sentir bien o que sea 100% seguro. Es una independencia absoluta y difícil.

Así que durante Día de la Independencia de 2016 cuando mi hijo menor Yarden corría por las calles y hacía tonterías, desapareciendo varias veces, me recordé a mí misma que él también goza de independencia incondicional y que lo más importante que le puedo dar es la libertad para que explore sin restricciones.

La independencia es crucial para ser explorador, emprendedor y niño israelí. Esta libertad aumenta a medida de que nuestros hijos crecen.
Los centros de preescolar brindan a los niños la oportunidad de jugar y crear con materiales diversos, como vasos de papel y recipientes de plástico.

En la fiesta de Lag Ba’omer, que tiene lugar, generalmente, en marzo o abril, les damos la oportunidad de hacer hogueras, sin ponerle mucha importancia a la conocida advertencia de que “nunca juegues con fuego”.

Sin embargo, estamos con ellos, supervisando y garantizando su seguridad. Pero no limitamos su creatividad, sino que les permitimos expresarse por completo en un entorno controlado (adulto). Lo hacemos desde lejos, lo que les permite tomar riesgos y aprender de sus errores.

La sociedad israelí tiene poca aversión al riesgo, y el estar dispuestos a cometer errores hace que los niños sean más perseverantes y, con el tiempo, inventen cosas increíbles.

Nuestros hijos son muy parecidos a los “hijos” bíblicos que vagaron por el desierto durante 40 años. Aprenden a ser responsables de su propio destino. Expresan su libertad convirtiéndose en emprendedores a temprana edad y creando una sociedad y una vida nueva. En su andar, encuentran un sentido de identificación y de audacia.

El inversionista Warren Buffet dijo una vez: “Si va al Medio Oriente a buscar petróleo, no vaya a Israel. Si busca cerebros, no busque más. Israel ha demostrado que tiene una cantidad desproporcionada de cerebros y energía”.

Cualquiera que haya pasado tiempo en Israel puede darse cuenta de que lo que hay en el país es algo más que capacidad intelectual. La gente aquí vive el momento. Rebosamos de energía y nos criamos en un caos organizado. Alentamos a nuestros hijos a que expresen su creatividad e imaginación, a que sigan sus sueños, a que construyan, a que piensen y a que sean independientes.

Inbal Arieli prestó servicio en la unidad de inteligencia 8200 de las Fuerzas de Defensa de Israel y después desempeñó puestos ejecutivos en el sector tecnológico. Ejerce como asesora de Start-Up Nation Central y es en la actualidad codirectora ejecutiva de Synthesis. Puede seguirla en su blog (http://blog.inbalarieli.com/).