La Fundación Masorti para el Judaísmo Conservador en Israel hizo un llamado internacional para recaudar donaciones con el fin de reconstruir la sinagoga Moriah, que quedó reducida a cenizas a causa de uno de los incendios que afectaron a Israel recientemente y que se prolongaron durante una semana.

Pero fue gracias a los gestos de residentes que el edificio llegó a los titulares de prensa.

En noviembre, un grupo de fieles de todas las religiones asistieron a un oficio religioso con motivo del comienzo del mes judío de Kislev y para mostrar su apoyo a la reconstrucción de la sinagoga.

Un miembro subió fotos del servicio a su cuenta de Facebook, una de las cuales muestra 20 árboles jóvenes donados por un residente de Baqa al-Gharbiyye, una ciudad árabe cerca a Haifa, para reemplazar los del patio que se quemaron.

Pero no fue el único que hizo regalos.

Dos comerciantes musulmanes de Umm al-Fahm, otra ciudad árabe de la zona, también asistieron al oficio y fueron ovacionados por donar paneles de madera para la reconstrucción.

Moriah, la sinagoga de afiliación conservadora más antigua de Israel, sufrió serios daños en el incendio. El segundo piso y el tejado fueron destruidos, incluido el beit midrash, o salón de estudios, los libros que se encontraban en él, los salones de clase y el club juvenil.

Entrada de la sinagoga Moriah después del incendio. Foto cortesía de Masorti.org.
Entrada de la sinagoga después del incendio. Foto cortesía de Masorti.org.

 

Los miembros de Moriah solicitaron la ayuda de un carpintero judío, que accedió para hacer el trabajo de restauración gratuitamente, pero que pidió que la sinagoga pagara la madera. Le solicitó una cotización a Walid abu-Ahmed y Ziad Yunis, distribuidores de madera, pero cuando estos se enteraron de que los paneles de la sinagoga se habían quemado en uno de los incendios que afectaron a 13 barrios de Haifa, donaron madera suficiente para 10 mesas.

«Tenía lágrimas en los ojos cuando supe lo que había sucedido», le dijo el rabino Dov Hiyon, dirigente de la sinagoga, a Ynet, un medio noticioso israelí. «Fue muy emocionante saber que los musulmanes estaban dispuestos a hacer donaciones para una sinagoga. Los he invitado al oficio de oración de la tarde para agradecerles personalmente».

«Decidí ayudar y no recibir pago a cambio», dijo abu-Ahmed Ynet. «Judíos y árabes viven juntos en Haifa, y no hay discriminación. Debemos continuar coexistiendo y fomentar la paz».