Una nueva investigación que explica por qué los cristales de sal se acumulan en las partes más profundas del lecho del Mar Muerto podría ayudar a los científicos a comprender cómo se formaron algunos de los grandes depósitos de sal en la tierra.

El Mar Muerto, un lago bordeado por Israel y Jordania, es casi diez veces más salado que los océanos. La gente lo ha visitado durante miles de años para experimentar sus propiedades curativas únicas y flotar en sus densas aguas. Incluso, el «mar de sal» es mencionado en la Biblia.

En las últimas décadas, gran parte del agua dulce que alimenta al Mar Muerto se ha desviado, lo que hizo que bajara la cantidad de líquido del lago. A la vez se ha vuelto más salado que nunca.

Ya en 1979 los científicos notaron -luego de que comenzara este proceso- que los cristales de sal se precipitaban fuera de la capa superior de agua, «nevando» hacia abajo y acumulándose en el subsuelo. La capa de sal en el fondo del lago se ha engrosado alrededor de diez centímetros por año.

Investigadores en el Mar Muerto en Israel. Foto cortesía del Servicio Geológico de Israel

El proceso que conduce a la acumulación de capas de sal en el lecho marino ha desconcertado a los científicos porque no tiene sentido de acuerdo con las leyes tradicionales de la física.

Un nuevo estudio realizado por científicos del Servicio Geológico de Israel en Jerusalén y del departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de California en Santa Bárbara, propone que las perturbaciones causadas por olas u otros movimientos crean pequeños «dedos de sal» a través de la superficie del lago que interactúan entre sí cuando se canalizan hacia el suelo, formando estructuras más grandes.

El nuevo hallazgo, publicado en la revista American Geophysical Union Water Resources Research, no sólo arroja luz sobre la física del Mar Muerto sino que también ayuda a explicar el volumen de los depósitos de sal. Este lago es el único cuerpo de agua hipersalina en el que todavía está ocurriendo este particular proceso.

Los cables bajados hacia el Mar Muerto para tomar medidas se encierran en cristales de sal. Foto cortesía del Servicio Geológico de Israel.

«En conjunto, esto hace que el Mar Muerto sea un sistema único«, explicó Nadav Lensky, geólogo del Servicio Geológico de Israel y coautor del estudio. Y añadió: «Básicamente, aquí tenemos un nuevo hallazgo que creemos que es muy relevante para la comprensión de la disposición de estas cuencas que eran tan comunes en la historia de la Tierra», agregó.

Mientras que el Mar Muerto se ha vuelto más salado en las últimas décadas, gran parte de esa sal se ha concentrado cerca de su superficie. Durante el verano, el calor adicional del sol calienta la superficie del lago y lo divide en una capa superior cálida que se establece por sobre una capa inferior más fría. A medida que el agua se evapora de la capa superior por la temperatura estival, se vuelve más salada que la capa fría de abajo.

El nuevo estudio probó la teoría que Lensky y sus colegas propusieron en 2016: cuando la capa superior del lago se ve perturbada por olas u otros movimientos, pequeñas porciones de agua tibia entran en la “piscina” de agua más fría que se encuentra debajo. El calor se difunde más rápidamente que la sal, por lo que esta parcela de agua caliente se enfría a gran velocidad.

A medida que se enfría, la sal se precipita y forma cristales que se hunden en el fondo.

Los investigadores crearon una simulación por computadora de la “teoría de los dedos de sal”, algo que finalmente fue comprobado y compartido con el mundo entero.