Los veranos israelíes son calurosos por todas partes. Por lo tanto, si planea hacer senderismo, un bosque sombreado o un arroyo húmedo y salvaje pueden ser sus opciones más cómodas.

Y el mejor lugar para ambos es el montañoso norte de Israel.

Antes de ponerse las botas y agarrar los bastones, consulte la guía de ISRAEL21c sobre las 15 mejores caminatas en el norte del país.

Altos del Golán

  1. Nahal Snir (Corriente Snir)

Hay varias formas de caminar por Nahal Snir en los Altos del Golán.

Se trata de sendero de entre 30 y 90 minutos que atraviesa el agua (a diferencia de los cañones secos del desierto, Snir está húmedo todo el año) que cuenta con algunos rápidos pequeños.
También hay un camino accesible de 15 minutos para sillas de ruedas que pasa por el restaurante de pescado Dag al HaDan, un sitio con mesas colocadas entre los riachuelos del arroyo.

Hay acceso a una piscina para niños e incluso a una pequeña y linda cascada.

Nahal Snir está en el Sendero Nacional de Israel y es parte de la Reserva Natural de Hatsbani, por lo que hay que pagar una tarifa de entrada.

  1. Banias
Cascada de Banias. Foto: Abigail Klein Leichman

Con una de las cascadas más impresionantes de Israel, la Reserva Natural de Banias es una delicia durante todo el año.
Es relativamente fresca en verano, aunque no tan intensamente verde como en invierno. Al caminar se oye la banda sonora de la carrera de las aguas bravas.

A lo largo del camino bien marcado y muy transitado, el caminante pasará por ruinas arqueológicas y cruzará un pintoresco puente colgante.
Hay una plataforma de observación para las cascadas pero para una caminata más larga, conviene dirigirse a los manantiales de Banias (cuatro kilómetros de ida y vuelta), que no es un lugar tan conocido pero igual de bonito.

El sitio también tiene un significado cristiano ya que es el lugar donde Pedro le dijo a Jesús que él era el Mesías. También en la zona se encuentra la reserva de la corriente del Hermón donde se puede nadar.

  1. Nahal Zavitan y Nahal Yehudiya
La cascada de Zavitan. Foto: Lehava Tirat Carmel/PikiWiki Israel

Esta clásica caminata “acuática” comienza en las afueras de Katzrin, la ciudad más grande de los Altos del Golán.
Es un sendero de un solo sentido por lo que se necesitan dos autos. Conviene estacionar uno en el parking de Nahal Yehudiya.

En alrededor un kilómetro y medio es posible llegar a los primeros hoyos para nadar. Después de una distancia similar se puede alcanzar otro grupo de piscinas naturales aún más profundas rodeadas de columnas de basalto de seis y cinco lados.

Esta caminata termina en la cascada Zavitan de 28 metros de altura.

La distancia total de caminata es de 6,5 kilómetros.

En esa zona se sugiere dar un paseo por Nahal Yehudiya, que también tiene pozas y cascadas. Debido a los desprendimientos de rocas de los acantilados del cañón en los últimos años, la sección más popular se ha cerrado a los excursionistas y un nuevo camino que se dirige río arriba permite el acceso al lugar.

  1. Nahal El Al

En esta hermosa caminata por los Altos del Golán hay dos cascadas.

Las familias con niños pueden caminar hasta la “Cascada Negra”, una hermosa piscina natural en un cañón hecha de roca oscura (de ahí el nombre).

Atención: hay un tramo que requiere bajar por una serie de asideros excavados en la roca.

Si se continúa andando es posible llegarás a la “Cascada Blanca”, que no es tan serena como su contraparte negra pero tiene una piscina más grande.
La caminata presenta un arroyo sinuoso, campos abiertos y vistas increíbles.

Lo mejor es hacerlo con dos autos para que no haya que retroceder (son casi siete kilómetros en cada dirección).

Nahal El Al es un parque nacional pero no se cobra entrada. Allí se hallan las siete especies de plantas mencionadas en la Biblia, incluidas granadas, uvas e higos.

  1. Majrase
Una vista de Majrase. Foto: Yifat Melamed/Wikimedia Commons

Majrase es otra hermosa reserva natural en el Golán.

Está ubicada en la Reserva Natural Beitha y tiene un camino de agua alta para vadear pero los excursionistas que prefieren no mojarse las botas o el cuerpo pueden seguir el sendero paralelo al arroyo, entre bambúes, juncos y árboles altos.

Es un recorrido de apenas kilómetro de largo pero como es un parque nacional no hay que olvidarse de hacer una reserva antes de llegar.

Atención: mantener los ojos bien abiertos e incluso será posible ver alguna tortuga

  1. Tel Dan
Parte del camino en la reserva natural de Tel Dan. Foto: Abigail Klein Leichman

En tiempos de la Biblia, Dan era la región más al norte de Israel.
Hoy cuenta con la Reserva Natural de Tel Dan donde se puede caminar a través de la historia antigua, chapotear en un caudaloso río y disfrutar de la exuberante vegetación.

El sitio presenta cascadas y piscinas para niños y, para los amantes a la historia, hay una excavación arqueológica de la antigua ciudad además de un bello molino harinero del período del Mandato Británico.

El sendero es de solo dos kilómetros de largo pero si el visitante gusta del agua podrá pasar mucho más tiempo de lo que sugiere la corta distancia.

Atención: el agua del Dan proviene del derretimiento de la nieve en los Altos del Golán, por lo que puede ser helada incluso en verano.

Hay dos senderos: el largo que se acaba de describir y un circuito más corto que es accesible para sillas de ruedas.

  1. Nahal Jilabun

Al norte de Katzrin está el arroyo Jilabun enmarcado en impresionantes paredes verticales de roca, piscinas y cascadas.

El sendero hacia el cañón pasa por Kfar Devora, sitio en el que donde se halló un dintel de la era talmúdica.
La cascada Devora de 12 metros de alto está ubicada justo después del pueblo (para bajar hay asideros perforados en las rocas).

Se sugiere andar por el lecho del arroyo durante aproximadamente un kilómetro y medio hasta llegar a la cascada Jilabun de 41 metros de altura.

Al final de la caminata se encuentra la “Piscina de Oficiales” (de concreto, utilizada por los sirios hasta 1967).

Galilea

  1. Nahal Amud
Nahal Amud al sur de Tzfat. Foto cortesía del Ministerio de Turismo de Israel

La reserva natural Nahal Amud se extiende desde el Monte Meron en el oeste hacia el Mar de Galilea en el este.
Es posible andar en cualquier dirección pero comenzar en Meron significa ir más cuesta abajo, algo generalmente preferido.

El arroyo que corre paralelo al Sendero Nacional de Israel es hermoso y tiene sombra (salvo en el descenso inicial), pero lo más destacado allí es el agua en la que se puede dar un chapuzón relajante.

También hay molinos de harina antiguos a lo largo del camino.

Si existe la posibilidad de contar con dos autos, eso sería ideal. Se recomienda estacionar uno cerca del cementerio en Safed y salir del arroyo allí.

Dependiendo de qué tan lejos se camine, el recorrido podría durar de dos a cinco horas.
Nahal Amud es parte de la caminata de tres días conocida como “Yam Le-Yam” (Mar a mar, en español) que continúa hasta el Mediterráneo.

  1. Nahal Ayun

Nahal Ayun tiene tres cascadas y algunas piscinas frescas donde es posible sumergir los pies o chapotear.
La más grande tiene una plataforma de observación supuestamente seca pero es probable que el rocío de las cataratas empape a los curiosos (cuidado con las cámaras).

El recorrido es de 2,5 kilómetros de largo pero es de un solo sentido. La entrada está cerca de Metula, la ciudad más al norte de Israel.

La cascada de Tahana solía alimentar un antiguo molino harinero.

También hay escalones y “túneles de árboles” donde hay que agacharse a lo largo del camino. La plataforma en la caída final, el Tanur, tiene hermosas vistas de viñedos y colinas.

Hay un estacionamiento separado para los menos intrépidos que solo quieren ver la maravilla del sitio y saltarse el resto de la caminata.

  1. Nahal Kziv/Castillo de Montfort
Foto del castillo de Montfort: Seth Aronstam/Shutterstock

¿Hay algo más genial que una caminata a lo largo de un arroyo húmedo y salvaje? Sí, un arroyo con un castillo.
Se trata de un sendero largo de al menos diez kilómetros dependiendo de cómo se lo recorras.

El punto de inicio es cerca del pueblo Mitzpé Hila.

El caminante pasará por un túnel en una cueva antes de llegar a Montfort donde se hallan las ruinas de un castillo que se remonta a la era de los cruzados.

Las vistas desde arriba son imperdible.

Se sugiere seguir por el sendero rojo hacia Nahal Kziv, donde el espeso dosel de los árboles mantiene el ambiente fresco incluso en pleno verano.

La caminata recorre estanques de peces y pequeñas cascadas. El regreso es por el sendero negro, pero hay que prepararse porque hay una subida empinada de regreso al estacionamiento.
Es posible mantenerse fuera del agua mientras se camina o llevar calzado impermeable para darse un chapuzón refrescante.

  1. Lago Hula
Lago Hula. Foto: Brian Blum

El Hula fue originalmente un lago drenado por los pioneros sionistas para erradicar el área de mosquitos portadores de malaria.
Desde entonces, ha sido restaurado a su forma acuosa original, algo que fue una bendición para las miles de aves migratorias que visitan el lugar cada invierno.

El Parque Agamon Hula es uno de los diez mejores sitios del mundo para observar aves -incluidas las magníficas grullas y pelícanos- atraen a miles de visitantes humanos cada invierno, pero vale la pena visitar la naturaleza en cualquier época del año.

El camino alrededor del lago es de 8,5 kilómetros y se puede transitar en bicicleta o alquilar un carrito de golf motorizado. Hay puntos de observación repartidos por todas partes.

Es posible ver tortugas, castores y búfalos de agua. ¡No olvidar hacer una reserva!

  1. Monte Tabor
Vista aérea del Monte Tabor y la Baja Galilea. Foto: Mordagan/Ministerio de Turismo de Israel

Los amantes de la Biblia disfrutarán escalando el Monte Tabor al oeste de Nazaret, donde Débora, la profetisa, luchó junto al general Barak contra el rey cananeo Jabín y su jefe militar Sísara.

Allí es posible caminar por el difícil sendero de seis kilómetros que sale desde la base o conducir el auto hasta la cima, donde hay un circuito más corto, en su mayoría plano, que comienza en la Iglesia de la Transfiguración -donde Jesús se transfiguró con brillantes rayos de luz-.

La iglesia actual fue construida en 1924 por los franciscanos.

También hay cuevas cerca de la cima y parte de la caminata es a lo largo del Sendero Nacional de Israel. En un día despejado es posible ver los picos nevados del Hermón.

  1. Monte Gilboa
Vista de Katef Shaul (hombro de Saúl) en el monte Gilboa. Foto: Mila Aviv/Flash90

El Monte Gilboa se eleva unos 500 metros  sobre las llanuras del valle de Jezreel para disfrutar de fantásticas vistas del mar de Galilea al este y de Haifa al oeste.

El sitio también tiene algo de historia bíblica: fue el escenario de una feroz batalla entre los filisteos y los israelitas dirigidos por el rey Saúl, que se echó sobre su espada para evitar ser capturado por el enemigo.

Allí hay dos senderos circulares cortos de uno y dos kilómetros: El primero discurre por el borde del acantilado mientras que el otro baja a lo largo de la cresta.

En primavera se puede disfrutar de hermosos lirios pero las vistas son espectaculares en cualquier época del año.

Para los más intrépidos, lo mejor es empezar el recorrido en Emek HaMayanot (Valle de los Manantiales), subir hasta la cima y volver a bajar.
El viaje de ida y vuelta es de 15 kilómetros e incluye ascensos con escaleras.

  1. Nahal Betzet
Nahal Betzet. Foto: Brian Blum

Si lo que se busca es una caminata muy sombreada en pleno verano Nahal Betzet es el lugar.
El sendero va paralelo a un arroyo que fluye y hay muchas oportunidades para darse un chapuzón en una piscina poco profunda.

Se sugiere empezar cerca del pueblo de Ya’ara en una estación de bombeo de agua y seguir hasta el punto final en el kibutz Eilon.

Este fabuloso paseo es relativamente desconocido, así que no es de sorprender encontrarse con más vacas que personas. También hay una piscina con una pequeña cascada (es lo suficientemente profunda como para nadar).

La caminata es de tres kilómetros pero se puede acortar si se la empieza en el kibutz Eilon. Es una ruta apta para cochecitos de bebés y sillas de ruedas.

Para la caminata de seis kilómetros -sin la mayor parte de la diversión acuática- hay que configurar el Waze para llegar a Daniela Ruins y terminar en Eilon.

  1. Yam Le-Yam

Si se cuenta con entre tres y cinco días, la caminata Mar a Mar (Yam Le-Yam) es un rito de iniciación para muchos jóvenes israelíes.

Es posible andar desde el Mediterráneo hasta el Mar de Galilea o viceversa y pasar por Nahal Amud y el castillo de Montfort. Algunos excursionistas suelen acampar en el camino mientras que otros optan por pasar la noche en una casa de huéspedes local.

Para recorrer la ruta más popular, se sugiere comenzar cerca de Nahariya.
Luego de dejar atrás la llanura costera y Montfort, el caminante llegará a los pueblos de Fassuta, Elkosh y Hurfeish en el camino hacia el Monte Meron y antes de descender hacia el Mar de Galilea para terminar cerca del kibutz Ginosar.

El sendero Yam Le-Yam recorre 75 kilómetros y se eleva unos 1.200 metros desde el nivel del mar antes de descender a menos 400 metros al final.

El agua no es un gran problema ya que el sendero pasa por manantiales naturales y se está lo suficientemente cerca de las aldeas para abastecerse de suministros.