Un grupo de judíos israelíes, otro de árabes israelíes y otro de palestinos entran juntos a una fábrica de máquinas de soda en el desierto. Este no es el comienzo de una broma sino la realidad diaria en la planta de SodaStream en el Néguev.

Mientras los empleados musulmanes de la compañía observaban el mes de Ramadan -ayudan cada día de la celebración-, todos juntos conmemoraron el fin de la fiesta islámica rompiendo el ayuno con una cena.

Los cerca de 3.000 asistentes, conformados por todos los empleados de SodaStream e invitados locales e internacionales, hicieron de la original celebración de Iftar la más grande en Israel y destacaron el mensaje de convivencia de la compañía.

Los trabajadores de SodaStream y los invitados se reunieron para romper el ayuno de Ramadán en la fábrica de la compañía cerca de Rahat. Foto: Sivan Faraj.

El tema de la noche fue la paz y los invitados disfrutaron de comidas étnicas y actuaciones interreligiosas en hebreo y árabe.

«No esperemos a que nuestros líderes logren la coexistencia entre nuestros pueblos -le dijo Birnbaum a los presentes-. Somos los adultos responsables que necesitamos garantizar la convivencia y la paz entre nosotros, no solo en una cena de Iftar sino todos los días. Las miles de personas que están comiendo aquí con nosotros esta noche son la luz que derrota a la oscuridad, tanto bajo misiles como durante períodos de tensión».

Trabajadores de todos los orígenes en la fábrica SodaStream en Israel. Foto: Sivan Faraj.

En la actualidad, SodaStream, que fue adquirida por PepsiCo en 2018, ubica sus máquinas para hacer bebidas gasificadas en más de 80.000 tiendas minoristas de 46 países.

Anteriormente ubicada en Cisjordania, la fábrica de SodaStream empleaba a 500 palestinos junto a trabajadores israelíes. Al mudarse cerca de la aldea beduina de Rahat, en el sur de Israel, retuvo a 150 de sus empleados palestinos, que ahora trabajan junto a miembros de la comunidad beduina local y otros empleados judíos.

El embajador de Estados Unidos en Israel, David Friedman, también estuvo presente en la cena de Iftar.

Trabajadoras de diversas etnias trabajan juntas en SodaStream. Foto: Sivan Faraj.

«No puedo pensar en un mejor lugar para celebrar una cena de Iftar que en SodaStream, donde musulmanes, judíos y cristianos vienen a trabajar todos los días en un clima de cooperación y amistad», señaló el diplomático norteamericano.

Durante la noche de la cena, SodaStream anunció planes para abrir una nueva línea de montaje en el pueblo beduino de Kuseife, que sufre de altas tasas de desempleo. Así, se alentará a las mujeres locales a unirse a la línea de ensamblaje, donde trabajarán en un entorno completamente femenino y en horarios con turnos amigables para la familia.​