«Tenemos la responsabilidad de documentar las sociedades que aún no se han modernizado antes de que desaparezcan», aseguró Golan Levi, empleado de la plataforma de genealogía online israelí MyHeritage, ni bien comenzó este reportaje

De acuerdo con Levi, “hay culturas completas que se están perdiendo”. “Nuestra línea de trabajo implica investigar la historia familiar y estamos en una etapa en la que podemos retribuir a la sociedad. Esa es nuestra responsabilidad», agregó Levi.

Una niña que lleva a su hermano pequeño en Sharamenza, Ecuador. Foto cortesía de MyHeritage

Levi dirige Tribal Quest, un proyecto patrocinado por MyHeritage. Como director de esa iniciativa, afirmó: “Todos queremos saber de dónde venimos. Por ejemplo, yo no sabía nada sobre la vida de mi abuelo cuando era niño en Irak. Ahora tenemos la capacidad de documentar dicha información por el bien de las generaciones futuras. Esa es la principal motivación”.

Fundada en 2003 por el empresario israelí Gilad Japhet en el moshav Bnei Atarot, la compañía tiene ya más de 92 millones de usuarios en todo el mundo y ofrece su información en 42 idiomas.

Tiuya, uno de los líderes Achuar y guía para los visitantes israelíes. Foto cortesía de MyHeritage

MyHeritage, que también lleva adelante un programa para reunir a los descendientes de los sobrevivientes del Holocausto con los bienes robados a sus familias, ocupó en 2019 el sexto lugar en la lista de nuevas empresas israelíes más prometedoras según el periódico de negocios Calcalist.

Recientemente, Levi regresó de una reveladora expedición por Panamá y Ecuador. Anteriormente dirigió misiones de Tribal Quest para conocer al pueblo Himba en Namibia, cinco tribus distintas en Papua Nueva Guinea y a los pastores nómadas de Nenets, en Siberia.

El equipo de MyHeritage en un paseo en canoa camino a Sharamenza, Ecuador. Foto cortesía de MyHeritage

Así, gracias a su peculiar trabajo, el emprendedor pudo montar en renos, cazar cocodrilos y comer larvas: «Esos primeros tres viajes fueron experiencias profundas llenas de historias sobre tradiciones, comportamientos y creencias humanas», relató Levi.

El responsable de e este proyecto manifestó que la expedición reciente a Panamá y Ecuador fue más complicada desde lo logístico y que fue exigente en muchos niveles como el físico, emocional y espiritual.

De los seis miembros del equipo, todos de diferentes departamentos de la compañía, además de Levi solo Shahar Bitton tenía experiencia previa en este tipo de viajes.

El equipo, con la ayuda de un traductor-guía y un camarógrafo, empezó la aventura en Panamá, donde se reunió con cuatro tribus distintas: embera, ngobe, naso y guna.

Un niño en Wayusentsa, Ecuador, con una bandera de Israel. Foto cortesía de MyHeritage

Luego, los miembros se aventuraron en las profundidades de la selva amazónica. Volaron desde Quito en aviones precarios de cuatro plazas hacia una pista de aterrizaje remota y cubierta de hierba donde se encontraron con la tribu achuar de Ecuador, que vive allí desde hace miles de años.

Alrededor de 8.000 achuar viven actualmente en 86 comunidades remotas, extendidas a lo largo de la frontera con Perú: «Tenían tanta curiosidad por nosotros como nosotros por ellos», reconoció Levi.

«Los achuar siempre han sido cazadores-recolectores autosuficientes y pequeños agricultores. Tienen una fuerte conexión espiritual con la naturaleza, basada en mantener el equilibrio y la armonía con el bosque que los rodea. El bosque está entretejido con su cultura, y por eso son sus mayores protectores», relató Levi.

Un hombre llamado Domingo canta y cuenta historias del bosque, Wayusentsa, Ecuador. Foto cortesía de MyHeritage

«El objetivo principal de este proyecto es preservar su cultura e historia familiar para que sus bisnietos sepan de dónde vienen», explicó Yoel Corcias, ingeniero de soporte técnico de la expedición.

Los achuar les mostraron cómo cocinan, rezan, tejen canastas, barnizan cuencos de arcilla y hacen prendas y armas con materiales naturales.

Cristina Uyunkar mostrando el cuenco de chicha que hizo en Wachirpa, Ecuador. Foto cortesía de MyHeritage

«Las personas que hemos conocido viven en circunstancias muy diferentes. Pero lo que más me sorprende es que, en el fondo, somos completamente iguales: compartimos las mismas pasiones, miedos e instintos básicos. Esto me parece conmovedor”, describió Levi.

El equipo de MyHeritage encontró que la expedición era emocional y físicamente muy exigente, ya que debieron lidiar situaciones poco cotidianas como el consumo de alimentos muy inusuales hasta niveles de humedad impensados.

Una casa típica en Wayusentsa, Ecuador. Foto cortesía de MyHeritage

A diferencia de Panamá, donde las culturas indígenas ya están siendo transformadas por el turismo, Levi explicó que los achuar se mantienen firmes en su deseo de permanecer como una de las comunidades de la selva tropical. Aisladas de la civilización.

“Son personas trabajadoras, positivas y felices que saben colaborar. Conocen los secretos del bosque mejor que nadie. Tenemos mucho que aprender de ellos», finalizó el expedicionario.​