El alma de Miriam Ballin se le cayó a los pies cuando vio que el agua rodeaba la casa donde había pasado su infancia en Houston, Texas. Pero no podía quedarse sin hacer nada. Como directora de la Unidad de Respuesta a Psicotraumas y Crisis de United Hatzalah le esperaba una tarea urgente.

Un equipo de seis voluntarios de la organización, expertos en salud mental, llegó a Texas el 31 de agosto, procedente de Israel, representando a la Coalición de Rescate de Israel. Formaban parte de uno de los varios grupos de ayuda humanitaria que enviaron representantes de ese país a Texas.

El día que viajó a Texas, Ballin, terapeuta de familia con oficina en Jerusalén, envió a sus cinco hijos a la escuela, que ese día empezaba. Su esposo, que es médico, le dio aliento para que fuera.

«Yo no había vuelto a Houston desde hacía varios años», dijo la terapeuta, que nació en Texas, a ISRAEL21c desde el Centro de Convenciones de Dallas, donde los israelíes están ofreciendo primeros cuidados sicológicos a damnificados y trabajadores de asistencia en desastres.

«Houston ya estaba en proceso de recuperación cuando llegamos, pero la oficina del alcalde nos dijo que nos necesitaban en Beaumont y Port Arthur, dos poblaciones situadas en los alrededores. El rescate de gente que había buscado refugio en los tejados todavía continuaba y la entrega de suministros necesarios era difícil.

Agregó: «Salimos en los dos todoterrenos más altos que pudimos encontrar y nos unimos a la caravana de la Guardia Nacional con otros voluntarios de servicios médicos de emergencias en botes. A la izquierda y a la derecha el agua, de tres metros de altura, cubría automóviles; vimos perros en los tejados. Era realmente desolador».

Algunos de los voluntarios de la Unidad en Houston. Cortesía.

Un coordinador del ejército estadounidense dirigió a los israelíes al aeropuerto regional Jack Brooks, en Port Arthur, donde asistirían a los damnificados que volarían a un refugio de la Cruz Roja, instalado en el Centro de Convenciones. Durante los dos días siguientes varios centenares recibieron atención sicológica por parte de los israelíes.

«Algunas personas estuvieron atrapadas en autobuses durante días y estaban conmocionadas. Había bebés sin comida ni pañales. También había personas sin hogar [antes del huracán] cuya situación irónicamente mejoró porque recibieron comida y atención médica», explicó Ballin.

«Una señora nos dijo que ella y su amiga, que cuidan niños, pusieron a estos en colchones inflables para que estuvieran a salvo al ver que el nivel de agua empezó a subir. Un hombre nos dijo que vio el cuerpo de su vecino, mayor que él, flotando. Todos se encontraban en una situación emocional extrema y estaban a punto de llorar», dijo Ballin.

La sicoterapeuta Einat Kauffman le pidió a los niños que hicieran modelos de sus casas o que las dibujaran. «Esto les ayudó a expresar sentimientos de pérdida y pudimos trabajar a partir de esa base».

Ballin, directora del equipo de la Coalición, habla con un damnificado en Houston. Cortesía.

El equipo pasó el sábado en una clínica improvisada en un hangar del aeropuerto ayudando a más de un centenar de miembros de los servicios médicos de emergencias que estaban traumatizados.

«Algunos sufren de trastorno de estrés postraumático y esta experiencia lo empeoró. Estaban agotados emocional y físicamente. Hacían cola en la puerta [del lugar donde los atendíamos]. Muchos eran paramédicos aéreos que han visto lo peor de lo peor», dijo Ballin.

Al día siguiente, domingo, el equipo se dirigió al Centro de Convenciones, donde había unos 2.500 damnificados.

«La gente nos bendice y nos da las gracias por haber venido de tan lejos para ayudarlos. Hemos podido contribuir en gran medida a mejorar el bienestar emocional de la gente «, dijo Ballin, quien esperaba que el equipo pudiera regresar a Israel para el final de esa semana.

Más israelíes en Houston

La llegada del equipo de la Coalición fue precedida por un equipo de siete miembros de IsraAID, al que siguió uno de ocho de ZAKA, una organización de búsqueda y rescate. Y se esperaba la llegada de otros seis de la misma en días posteriores.

En anteriores misiones en el extranjero los voluntarios de ZAKA han ayudado a rescatar a víctimas de desastres naturales como el huracán Katrina y el tifón Haiyan. En Houston están ayudando con la limpieza, reparación y entrega de alimentos, en coordinación con la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) y la Unión Ortodoxa, con sede en Nueva York.

Jackie Wertheimer, que dirige el equipo de ZAKA, dijo que han sido muy bien recibidos. «Todo el mundo está sorprendido y feliz de que un equipo tan grande de Israel haya venido a ayudarlos. Y nos ha sorprendido ver que hay tanto por hacer», dijo.

«Es impactante ver que un desastre de esta magnitud haya afectado a tanta gente», agregó. «Nos comprometimos a quedarnos al menos 10 días. Afortunadamente, o desafortunadamente, los israelíes tenemos mucha experiencia y sabemos cómo ayudar».

Voluntarios de ZAKA en tareas de limpieza en Houston. Cortesía.

En esos mismos días dos payasos médicos viajaron de Israel a Houston para ofrecer una segunda ronda de asistencia sicológica a las víctimas.

Tsour Shriqui, director ejecutivo de Dream Doctors, una organización sin ánimo de lucro, dijo que el Consulado de Israel en Texas coordinó los 10 días que los payasos tenían previsto pasar en Houston.

En ocasiones anteriores el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel ha ayudado a que Dream Doctors encuentre organizaciones que colaboren con ellos en las misiones que han llevado a cabo en Kenia, Etiopía, Haití y Nepal. En Israel, un equipo de 100 personas de la organización trabaja en 29 hospitales.

Aparte de México, que limita con Texas, Israel, con una población de 8,5 millones de habitantes, es el único país que ha enviado ayuda al estado. Texas tiene 28 millones de habitantes.

En cooperación con IsraAID y una compañía estadounidense-israelí de mudanzas en Maryland, la Embajada de Israel en Estados Unidos envió varios camiones con suministros desde Washington DC a Houston.