No soy solo bebedora de café, ¡soy un adicta al café!

Tengo 18 años y tomo café todos los días desde el octavo grado. Es tan importante para mí que volé hasta Tel Aviv para encontrar la taza de café perfecta.

De acuerdo, tal vez no sea el único propósito de mis viajes pero es uno  muy importante.

Se rumorea que los israelíes son muy particulares con el café así que quise averiguar de forma directa si éste estaba a la altura de mis expectativas.

La mayor distinción del café local está en la cultura misma del país: los israelíes beben su cafeína en un ambiente mucho más relajado en comparación con el constante ajetreo y el bullicio de los negocios de EEUU llenos de empresarios o estudiantes universitarios.

Incluso, algunas personas pueden sentarse en el mismo café durante horas sin que los clientes o los camareros los apuren para que se vayan.

En Israel, la gente también ofrece café cuando hay invitados en sus casas. Es un símbolo de hospitalidad derivado de la tradición de Oriente Medio de tomar la infusión en reuniones sociales.

Si bien la actitud local hacia el café se alinea más con los valores de la región, el diseño y sabor de las marcas locales Israel emula al amor de los europeos por el café fuerte y ácido.

La Asociación de Café Especial de EEUU halló que la bebida más popular que se pide en Norteamérica es el café con leche clásico mientras que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel declaró que en el país se trata del capuchino.

En síntesis, los israelíes prefieren el café fuerte ¡y las cafeterías de todo Israel ofrecen justamente eso!

Luego de mucho deliberar, los siguientes son mis lugares favoritos en Tel Aviv, donde sirven capuchinos por los que vale la pena viajar:

  1. Café Annabelle

Esta pequeña cafetería familiar ubicada en la esquina de King George y Ha Hashmonaim irradia buena energía en el marco de un ambiente hogareño. El servicio es excelente y el dueño hace todo lo posible para asegurarse de que yo tenga una “estancia” positiva: me ayuda con el hebreo, me facilita los datos de Wi-Fi y trae todo a mi mesa.

El capuchino no sólo no va a defraudarlos sino que tampoco impactará en el presupuesto. Una taza grande cuesta solo 14 shekels (unos 4,50 dólares).
La infusión fluye muy suave gracias a su perfecta combinación entre sabor y dulzura. También están a la venta los granos de café, así que no hay necesidad de sufrir ansiedad por una posible “separación”.

Si eso no ha sido suficiente para convencerlos, Café Annabelle también ofrece deliciosos dulces tradicionales yemenitas, sándwiches frescos y shajnun (especialmente los sábados).
Para los más golosos, los deliciosos pasteles tienen rotación diaria.

Como yo, la gente llega al sitio a trabajar pero esta cafetería no es tranquila. Sí la recomiendo para estudiar (si es que pueden concentrarse a pesar del ruido alrededor).

  1. Waycup Coffee

El siguiente en mi lista es el sueño de cualquier barrio suburbano. Es que en Waycup Coffee -hay tres sucursales, yo visité el de la calle Mikve Israel en una zona residencial- se congregan muchos lugareños que pueden dar testimonio de la grandeza del café del sitio.

Los granos son tostados allí por baristas expertos en su oficio. El equipo es rápido y preciso pero también le presta atención al “arte latte”.
Sin duda, el café es innegablemente fuerte y va acompañado con la cantidad perfecta de acidez.
Este es también uno de los pocos cafés en Tel Aviv que sirve “flat white”.

Los pasteles de Waycup también son perfectos. Particularmente recomiendo probar el de pistacho que, cuando se combina con café, resalta parte de la dulzura enmascarada de la bebida. .,

  1. Coffee Shop 51
Oreen Cohen tomó esta foto en Coffee Shop 51, uno de sus cafés favoritos de Tel Aviv.

En la calle Ahad Ha’am, justo en el corazón de Tel Aviv, está Coffee Shop 51, que ofrece un descanso del ruidoso caos de la ciudad.
Es lo que yo llamo un “mini país de las maravillas del café”.

El patio exterior es encantador, con una hermosa vegetación que cuelga por todas partes y encantadores bancos rústicos donde pueden sentarse y relajarse durante horas.

En la calle circundante no hay mucho que hacer por lo que es el sitio ideal para hacer de este café una oficina temporal.

El sabor del café es igual de genial: es más suave y dulce que cualquiera de los otros en esta lista. Sí, es más caro, pero definitivamente vale la pena el gasto.

Por otra parte, los pasteles de Coffee Shop 51 provocan una sensación deliciosa, especialmente el de sabor a halva.

  1. HaNasij Hakatan (El Principito)

Literalmente, me enorgullezco de este hallazgo. Pasé por delante de este discreto café varias veces antes de darme cuenta de que estaba allí.
La entrada se parece más a una librería antigua que a un café pero cuando se ingresa es posible ver a los clientes tomando café en el hermoso jardín trasero.

Esta librería de libros usados y café tiene un ambiente moderno y ecléctico con libros en muchos idiomas y temas. Todo en el menú está bellamente presentado y la comida, aunque tiene un concepto más bien occidental, tiene un toque de encanto regional.

El café es simple pero a veces sólo buscamos una clásica taza y nada más. Un valor agregado es que los camareros siempre están dispuestos a conversar y el ambiente atrae a residentes de espíritu libre.

  1. Edmund Coffee
El Edmund Coffee en la calle Yehuda Haleví en Tel Aviv. Foto de Oreen Cohen

Siguiendo con las apariencias engañosas, Edmund Café es mucho más de lo que se ve para afuera.

Esta cafetería lleva el nombre del general Edmund Allenby, que llevó al Imperio Británico a la victoria contra los otomanos en la lucha por Jerusalén.

Los cuatro copropietarios de este sitio tienen una amplia experiencia en gastronomía y ofrecen pasteles gourmet de Nola American Bakery en Tel Aviv.
El resto del menú está inspirado en la cocina de Oriente Medio y mi favorito personal es el sándwich tunecino de atún.

La fachada del local se parece a cualquier otro edificio destartalado antiguo pero el interior se transforma de forma mágica en un centro de moda para los jóvenes. Más allá de la entrada angosta hay un sector muy espacioso de asientos al aire libre.

Murales pintados y flores circundan el área. Y lo que es más importante, el café, con un sabor oscuro y rico con un sutil regusto afrutado, superó mis expectativas.

  1. Café Levinsky 41
Benny Briga en su famoso Café Levinsky 41. Foto de Tess Levy

Si bien parece mezclarse con el resto de las tiendas de la zona del mercado Levinsky, este café con un hoyo en la pared es ampliamente conocido como “la casa del gazoz”. Esta es una bebida espumosa de frutas y hierbas fermentadas perfeccionada por el propietario Benny Briga.

Cierta vez pasé por el lugar de camino a mi clase. Ahí me intrigó el uso creativo de ingredientes y especias. Y tuve que volver.

Más tarde le presté atención al amable barista que preparaba mi capuchino, molía los granos, mezclaba los chocolates, preparaba el café y me sirvió su obra maestra de moka.

La verdad, me sentí como si estuviera viendo a un mago preparar una poción fantástica. Eso sí, este no es el típico café de Tel Aviv.

  1. Cafelix en Shlomo HaMelej

¡Atención amantes del café! Guardé mi recomendación favorita para el final.

Cafelix tiene tres sucursales: una en Yafo, otra en la calle Levinsky y la tercera en la calle Shlomo HaMelej frente a la Plaza Dizengoff. La última es el que más me gusta.

A pesar de su proximidad con Dizengoff, la contrastante tranquilidad de la zona es precisamente la razón por la que elegí este lugar.
Tienen asientos altos que dan a la calle, y es allí donde me gusta sentarme y alimentarme mientras miro a los que pasan en busca de inspiración.

Este café se enorgullece de sus granos de alta calidad y de su estrecha relación con los agricultores. Allí se sirven y venden cafés hábilmente tostados de Guatemala, Brasil, Nicaragua, Tanzania y Uganda.

No duden en preguntar acerca de las diferencias entre cada una de las variantes ya que los baristas son expertos y estarán encantados de explicarlo todo.

Hay allí un ambiente hogareño. Los clientes son leales y, en su mayoría, todos se conocen por su nombre. ¡Yo misma me estoy convirtiendo en habitué!

Un pequeño consejo: prueben el café frío nitro. Es realmente alucinante.

En conclusión, el café en Tel Aviv está a la altura de las expectativas. Para los israelíes, el café es una forma de vida y no solo una manera de lidiar con ella.