Hay pocos momentos tan icónicos en la memoria colectiva de la humanidad como el aterrizaje de Neil Armstrong y Buzz Aldrin en la Luna pero aquella visita estelar en 1969 ya no será la única porque se espera que en el futuro cercano haya más misiones espaciales lunares.

Sin embargo, llegar al satélite natural de la Tierra conlleva numerosos desafíos técnicos. Quizás el más importante es que se necesita grandes cantidades de oxígeno para lanzar los cohetes y naves espaciales y devolverlos a la Tierra.

Debido a que el oxígeno no está disponible en el espacio exterior como sí en este planeta, derivas y usar tanta cantidad en Luna es una empresa costosa y compleja.

Una solución definitiva sería fabricar oxígeno para viajes espaciales directamente en la Luna y eso es justamente lo que está buscando hacer la empresa emergente Helios de Israel.

¿Bases en la luna?

“A diferencia de lo que ocurrió hace más de 50 años, la próxima vez viajaremos a la Luna no solo para poner una bandera y regresar sino para quedarnos allí. El hombre hará base allí en algo similar al Estación Espacial Internacional, que es atendida de forma continua desde hace dos décadas”, explicó Jonathan Geifman, cofundador y director ejecutivo de Helios.

Geifman declaró que la compañía trabaja para que en 2030 se pueda contar con un sistema utilizable de suministro de oxígeno para poder establecer una infraestructura permanente en la Luna y también en Marte”.

Representación de un horno de inducción que extrae oxígeno del suelo lunar. Foto: Haya Gold


Helios, fundada en 2018, tiene el foco en desarrollar una tecnología existente llamada electrólisis de regolito fundido que permite la separación del oxígeno y los metales que hay en el suelo lunar y lograr que funcione en un entorno relativo a la Luna.

Esta tecnología se trata de calentar el suelo lunar -compuesto por entre 40 y 50 por ciento de oxígeno a una temperatura de casi 1650 ° C y luego pasar una corriente eléctrica a través de él.

Geifman describió el proceso: “Por un lado recibimos oxígeno burbujeante y por el otro un subproducto utilizable en forma de metales como hierro, silicio y aluminio que permanecen en la parte inferior. Las altas temperaturas y el desafiante entorno hacen de este un desafío tecnológico complejo porque el problema no es lograr que funcione como al nivel de laboratorio sino ampliar el proceso porque necesitamos poder producir cientos de toneladas de oxígeno”.

Jonathan Geifman, cofundador y director ejecutivo de Helios. Foto: Haya Gold

La compañía, financiada por la Autoridad de Innovación de Israel, la Agencia Espacial de Israel y el Ministerio de Energía, ya consiguió pasar su demostración conceptual y hoy se ocupa del desarrollo y optimización del sistema.

El ejecutivo expresó que este es un “campo inspirador y es posible contratar a muy buenas personas”. Y remarcó la profesionalidad del equipo de Helios.

Más misiones espaciales

En la actualidad, Helios no tiene cooperación directa con  la NASA ni con SpaceX, los organismos que lideran los viajes espaciales pero planea enviar dos misiones al espacio en los próximos años como parte de sus tareas.

Cuando Helios ”lance” su producto al espacio, la exploración espacial expandida habrá superado varios pasos.

“Personalmente creo que este es un campo fascinante al que siempre me quise dedicar. La idea fue pensar en qué parte del rompecabezas podríamos trabajar para completar la cadena de valor y permitir el establecimiento de bases permanentes en la Luna y Marte”, finalizó.