Una delegación compuesta por 15 médicos y paramédicos de la organización voluntaria de respuesta a emergencias United Hatzalah de Israel trabaja en Moldavia, país fronterizo de Ucrania, para ayudar a unos 70.000 refugiados que huyeron de la guerra.
Esta fue la primera organización internacional de socorro que aterrizó en ese país europeo. Y hasta hace poco, las únicas.
“Estamos solos aquí”, afirmó Linor Attias, directora de situaciones de emergencia de United Hatzalah que el 27 de febrero llegó a Kishinev, la capital de Moldavia, para comenzar con la asistencia humanitaria.
Más adelante en la semana, un equipo de la organización de ayuda humanitaria IsraAID viajó a la ciudad moldava de Palanca para la misma misión.
En diálogo telefónico con ISRAEL21c en Español, Attias dijo que se estima que hay medio millón de refugiados ucranianos que huyeron a Polonia donde otras organizaciones de ayuda internacional los asisten.
“Moldavia es un país menos desarrollado sin tantos recursos. Los funcionarios moldavos no saben cómo manejar una emergencia civil de este tipo pero nuestra experiencia puede ayudar”, describió.
La voluntaria mencionó que los refugiados viajaron a pie durante días con clima helado y bajo la nieve para llegar a la frontera con Moldavia.
Attias también contó que solo las mujeres y los niños pueden cruzar a Moldavia mientras que los hombres ucranianos mayores de 18 años no tienen permiso para hacerlo y deben quedarse y luchar.
“Una vez que cruzan la frontera, las mujeres no tienen forma de comunicarse con sus esposos, padres y hermanos. Y no saben si volverán a verlos alguna vez”, relató
La delegación de United Hatzalah erigió un centro de operaciones dentro de una sinagoga en Kishinev donde se ayuda a todos ya que hay refugiados judíos, cristianos, musulmanes e hindúes.
También hay un hospital de campaña y una unidad de coordinación para ver, según Attias, lo que ocurre en todas las fronteras.
Attias es la coordinadora de los voluntarios de United Hatzalah y ella misma es médica en la unidad de psicotrauma.
“Todos los refugiados están traumatizados. Nosotros fuimos capacitados para tratar a los refugiados para prevenir el trastorno de estrés postraumático antes de que este suceda”, explicó.
Un muñeco de Israel
Attias (41) dejó en Israel a sus dos hijas Shoham (12) y Tahel (10) para ayudar a los refugiados que huían de una zona de guerra a miles de kilómetros de distancia de su casa.
Antes de que la mujer partiera, sus hijas le dieron muñecos con los que ya no jugaban para que se los entregue a los niños que escapan del horror.
En su primer día en Moldavia, Attias vio a un niño de seis años que sufría un shock severo. “Durante tres días y noches, se aferró a la pierna de su madre mientras viajaban para ponerse a salvo. Entonces, le di una de las muñecas de mis hijas y luego se calmó un poco. Después le pregunté si quería ayudar a nuestro equipo y le di un chaleco oficial para que se lo pusiera. Finalmente pudo soltar a su madre y ella pudo descansar”, narró.
Más tarde, Attias llamó a su casa para hablar con sus hijas. “El primer tratamiento que apliqué aquí fue con uno de los muñecos de ustedes”, les dijo.
La delegación llevó suministros que ya repartió. Attias Ella describió que los refugiados cruzaron la frontera “solo con la ropa que tenían puesta, dejando todo atrás”.
“Algunas de las mujeres embarazadas caminaron durante días y nos dicen que no pueden escuchar los latidos del corazón de su feto. Hay abuelas con hipotermia y shock. Todos tienen mucho miedo”, remarcó.
Primeros auxilios
El hospital de campaña realiza exámenes físicos en el lugar, ultrasonidos prenatales, monitoreo de signos vitales y análisis de muestras de sangre a través del hospital virtual israelí Sheba Beyond.
Esto permite que los especialistas del Centro Médico Sheba en Ramat Gan brinden su experiencia a través de la telemedicina.
Los voluntarios de United Hatzalah ya empezaron a impartir cursos de formación en primeros auxilios a refugiados ucranianos en los albergues, hoteles y campamentos donde se han refugiado.
“Nuestra meta es empoderar a los refugiados y devolverles la sensación de control sobre su situación”, afirmó Vicky Tiferet, una de las voluntarias que dirige las sesiones de capacitación que se imparten en los idiomas de los refugiados.
Ella misma salió de Kiev hace 31 años cuando era niña con sus padres y poco más de tres maletas.
Hoy, dejó a su esposo y cuatro hijos en Israel para unirse a la misión en Moldavia.
El 3 de marzo, un avión patrocinado por United Hatzalah y la aerolínea El Al de Israel llevó a Moldavia a 40 miembros adicionales del personal médico -técnicos de emergencias médicas, paramédicos, médicos, psicólogos y terapeutas- junto con 15 toneladas de suministros -remedios, alimentos, mantas, ropa, calentadores de manos, juguetes, productos de higiene femenina y pañales- donados por empresas de Israel para ayudar a los refugiados ucranianos en la frontera con Moldavia.
“Usaremos los suministros y el personal adicionales para levantar clínicas médicas de emergencia las 24 horas y hospitales de campaña en los cruces fronterizos de Palanca y en el norte cerca de Moligev, así como en la ciudad capital de Kishinev donde muchos de los refugiados se encuentran hoy. Brindamos asistencia a todos los que huyeron independientemente de su raza o religión”, relató David Krispil, vicepresidente adjunto de operaciones de United Hatzalah y jefe del equipo de ayuda fronteriza entre Moldavia y Ucrania.
Cuando el avión regrese, no estará vacío. “Llevaremos a Israel a cerca de 150 refugiados ucranianos que tienen ciudadanía israelí”, indicó Eli Beer, presidente y fundador de United Hatzalah.
“Cuerpo y alma”
Krispil dijo que en estos días la ONG asiste a aproximadamente 1.500 refugiados ucranianos por día, brindándoles alimentos, ayuda humanitaria y tratamiento médico gratuito cuando sea necesario.
Los voluntarios de United Hatzalah ya trataron a cientos de personas por lesiones relacionadas con el fríos y afecciones cardíacas debido al estrés.
Por otra parte, la Unidad de Psicotrauma y Respuesta a Crisis ofrece apoyo emocional a los refugiados. “Cuando ven la bandera de Israel se sienten seguros. Es increíble que en 2022, las personas huyan para salvar sus vidas, dejando atrás sus casas sin saber si alguna vez podrán regresar”, expresó Attias.
Para ella, estar allí es una responsabilidad pero también un “privilegio”.
“Represento a los 6.200 voluntarios de United Hatzalah y también a Israel. Esto es Israel en su máxima expresión. Somos voluntarios que queremos salvar vidas”, finalizó la ejemplar voluntaria.
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