El cambio climático se está acelerando de forma tan veloz que el hemisferio sur ya experimenta intensas tormentas de invierno previstas originalmente para 2080. Así lo informó un equipo de investigación de Israel.

El efecto acumulativo a largo plazo de estas tormentas es transferir el calor lejos de los trópicos, lo que a su vez ya provocó que las regiones polares se calienten hasta 30 C.

El equipo, con base en el departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra del Instituto Weizmann de Ciencias, analizó grandes volúmenes de datos de 30 simulaciones de modelos climáticos en todo el mundo junto con observaciones actuales de tormentas.

El nuevo estudio, publicado en la revista Nature Climate Change, describe el panorama mundial como “sombrío”.

Los científicos llegaron a la conclusión de que el clima de la Tierra está cambiando más rápido de lo esperado y que las tormentas en el hemisferio sur ya están en niveles de intensidad no esperados hasta el año 2080.

Las tormentas juegan un papel crítico en la transferencia de calor, humedad e impulso dentro de la atmósfera y tienen un impacto significativo en el clima.

El doctor Rei Chemke con una ilustración de cambios futuros en la superficie de la Tierra. Foto cortesía del Instituto Weizmann

“Una tormenta de invierno es un fenómeno meteorológico que dura solo unos pocos días. De forma individual, cada tormenta en sí misma no tiene mucho peso climático. Sin embargo, el efecto a largo plazo de las tormentas de invierno se hace evidente cuando se evalúan los datos acumulados recopilados durante largos períodos de tiempo”,  afirmó el doctor Rei Chemke, director del equipo de investigación.

Según el especialista, un ejemplo claro de esto es el papel que tienen las tormentas en la regulación de la temperatura en los polos de la Tierra.
Las invernales son responsables de la mayor parte del transporte de calor desde las regiones tropicales hacia los polos.

El equipo de Chemke, que tuvo entre otros a científicos de la Universidad de Princeton y el MIT, ambos de EEUU, limitó su estudio al hemisferio sur, pero cree que es una imagen similar a la del hemisferio norte, aunque no tan pronunciada.

Estos hallazgos, junto con los de otros institutos de investigación líderes, se incorporarán a un informe de evaluación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, que ayudará a desarrollar estrategias de afrontamiento.

Los investigadores concluyeron que las proyecciones climáticas para las próximas décadas son más graves que las evaluaciones anteriores.
En particular, sugirieron que la actividad humana podría tener un mayor impacto en el hemisferio sur de lo que se pensaba antes.

En ese sentido, reclamaron una intervención rápida y decisiva para detener el daño climático allí y corregir un sesgo en los modelos climáticos para proporcionar proyecciones climáticas más precisas.

“Los modelos están haciendo un muy buen trabajo al pronosticar casi todos los parámetros”, afirmó Chemke.
Estos son los cambios en la temperatura, precipitaciones, hielo marino y patrones de tormentas de verano, entre otros. Pero el investigador advirtió que se debe tener en cuenta a las tormentas de invierno, que sus equipo identificó como un factor crítico.

La incorporación de sus hallazgos debería permitir a los expertos estimar con mayor precisión el alcance del daño que está causando el cambio climático.