La demencia progresiva de la enfermedad del Alzheimer afecta a unas 35 millones de personas en todo el mundo y se espera que para 2050 la cifra alcance los 115 millones, pero todavía no es posible detectarla antes de que haya causado pérdidas de memoria y de función. Incluso si se ha llegado a ese estado las pruebas que hay son invasivas y costosas.

Así pues, desarrollar un sencillo análisis de sangre para el Alzheimer se ha convertido una prioridad. Un artículo aparecido en diciembre en ISRAEL21c dice que la compañía israelí NeuroQuest está trabajando con la Universidad de California-San Diego en pruebas de validación clínica de sus análisis de sangre para un diagnóstico temprano del Alzheimer, en base a una investigación dirigida por el profesor Michal Schwartz del Instituto Weizmann de Ciencias, en Rehovot, en el centro de Israel.

Los investigadores de tres instituciones israelíes —la Universidad de Tel Aviv, el Technion y el Centro Médico Rambam de Haifa— y la Universidad de Harvard publicaron recientemente un estudio en el Journal of Alzheimer’s Disease que propone analizar un novedoso biomarcador en la sangre para el envejecimiento cognitivo y el Alzheimer.

El marcador, conocido como proteína neuroprotectora dependiente de la actividad (ADNP en sus siglas en inglés), es esencial para la formación del cerebro y la función cognitiva.

«El estudio ha sentado las bases para detectar este biomarcador en análisis de sangre rutinarios y no invasivos, y se sabe que una intervención temprana es de valor incalculable para pacientes con Alzheimer», dijo la profesora Illana Gozes, directora de éste.

«Ahora estamos planeando llevar estos hallazgos preliminares a pruebas clínicas para crear un test de pre-Alzheimer que ayude a adaptar los potenciales tratamientos preventivos».

Gozes está al frente de la unidad de Investigación de Factores del Crecimiento en la Universidad de Tel Aviv, y fue directora del Súper Centro Adam de Estudios del Cerebro de la Facultad de Medicina Sackler de la misma universidad. Ha investigado distintos enfoques para el tratamiento del Alzheimer y la esquizofrenia, así como posibles relaciones entre el autismo y aquella enfermedad.

La ADNP se descubrió en el laboratorio de Gozes hace 15 años. «Nuestro estudio es el primero en analizar ADNP en personas mayores en riesgo de padecer de Alzheimer, y ha permitido abrir la puerta a validaciones adicionales en estudios más extensos”, explicó la investigadora.

Detalles del estudio

El estudio se hizo con dos grupos distintos: uno en la Universidad de Harvard, en Cambridge, Mass., y otro en Haifa, al norte de Israel. Ambos mostraron una relación entre los niveles de ADNP y demencia, pero en formas diferentes.

En el primero, conocido como Estudio de Envejecimiento Cerebral, participaron 40 personas, mayores de edad y en buena salud. Se analizaron los niveles de ADNP en todas las muestras de sangre y los participantes se sometieron a pruebas de inteligencia.

Los resultados de este grupo revelaron una correlación entre altos niveles de ADNP y un coeficiente intelectual elevado, dijo Gozes.

En el estudio con el grupo de Haifa participaron 15 pacientes, de entre 60 y 84 años con deterioro cognitivo leve, 17 con demencia por Alzheimer y 11 con capacidades cognitivas normales.

En el Instituto de Neurología Cognitiva del Centro Médico Rambam, en Haifa, se separaron los linfocitos (glóbulos blancos de la sangre) y el plasma en las muestras de sangre de este grupo.

Entre los que presentaban deterioros cognitivos leves y demencia, los investigadores comprobaron un gran aumento del ácido ribonucleico “RNA mensajero” de los linfocitos que sirve de patrón para la síntesis de ADNP. Esto indica que el ácido ribonucleico está intentando compensar los bajos niveles de ADNP en el plasma.

“Los niveles de ADNP en sangre pueden reflejar qué está sucediendo en el cerebro, aunque aún necesitamos hacer más comparaciones para obtener un cuadro más completo”, dijo Gozes. “Podemos decir con certeza que si el ácido ribonucleico mensajero presenta niveles muy elevados en los linfocitos, el paciente está en situación de riesgo, y si el nivel de ADNP en el plasma sanguíneo baja, está relacionado con un deterioro de la función cognitiva”.

Otro grupo de investigación, operando fuera de Israel, dijo Gozes, ha observado previamente que entre todo el espectro de proteínas, la ADNP es la única que disminuye en los pacientes con Alzheimer. Además, se ha observado que la ADNP frecuentemente muta en niños en el espectro del autismo.

“Un análisis de sangre para ver los niveles de ADNP nos puede revelar qué está pasando en el cerebro, así que tenemos que refinar la tecnología para usarla”, dijo. “Es algo que estoy intentando hacer”.

El estudio fue llevado a cabo por la estudiante de doctorado Anna Malishkevich de la Universidad de Tel Aviv, y dirigido por los doctores Gad Marshall y Aaron Schultz, y la profesora Reisa Sperling, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard; y la profesora Judith Aharon-Peretz, del Centro Médico Rambam/Instituto Tecnológico Technion, en Haifa.