No es ningún secreto que una buena noche de sueño es importante. Cambia -para bien- el humor, da buen ánimo y mucha energía. Pero también provee efectos positivos invisibles a largo plazo.

¿Cuál es la razón para que los beneficios de dormir sean tan grandes? Esta es la pregunta que los investigadores de la Universidad Bar Ilan intentaron responder.

En un estudio publicado en la prestigiosa revista científica Nature Communications, los investigadores buscaron llegar al fondo del asunto. «Si lo pensamos bien, parece extraño que la función del sueño esté tan bien mantenida porque, de alguna forma, es también peligrosa», explicó el científico cerebral y profesor Lior Appelbaum, uno de los coautores del estudio, a ISRAEL21c. Y añadió: «En la jungla, si estás en modo de sueño, te comerá un tigre».

Esta aparente contradicción llevó a los investigadores a sospechar que el sueño debía tener una importancia biológica fundamental desconocida. Para llegar al fondo del meollo, empezaron estudiando el cerebro de los pescados.
Utilizaron innovadoras técnicas de estudio de imágenes en 3D para escanear la actividad cromosómica de las células del pez cebra y así ver y entender qué sucede con su masa cerebral cuando duerme.

El motivo de la experimentación con peces, explicó Appelbaum, es que tienen una estructura cerebral similar a la de los humanos (sólo que más simple). Además, sus cerebros transparentes hacen que la actividad cerebral sea más fácil de monitorear.

El primer descubrimiento que hicieron los científicos fue que, al contrario de lo esperado, los cromosomas se mueven casi el doble cuando los peces se duermen. Con técnicas de exploración, los investigadores también descubrieron que las neuronas individuales necesitan dormir para poder realizar el mantenimiento nuclear.

Este mantenimiento nuclear es vital para reparar el daño natural del ADN en nuestras células. La investigación mostró que durante la vigilia, cuando el movimiento de los cromosomas es bajo, “el daño en el ADN del cerebro se acumula constantemente, y puede alcanzar niveles peligrosos” de acuerdo a Appelbaum.

Al impedir que los peces duerman, los científicos comprobaron el daño acumulado en su ADN: “Al final de la noche (cuando descansan), las neuronas vuelven a la normalidad. Es como un bache en el camino», agregó el investigador, que utilizó a las carreteras como metáfora para explicar este fenómeno: “Las rutas acumulan desgaste, especialmente durante las horas pico del día, y es más conveniente y eficiente repararlas por la noche cuando hay poco tráfico».

“Hemos encontrado un vínculo causal entre el sueño, la dinámica cromosómica, la actividad neuronal y el daño y la reparación del ADN, con una relevancia fisiológica directa para todo el organismo. El sueño da la oportunidad de reducir el daño del ADN acumulado en el cerebro durante la vigilia», aseguró Appelbaum.

Las implicaciones del estudio para los humanos son de gran alcance. Es que, según explicó el experto, muchas enfermedades neurodegenerativas empiezan con síntomas de (mal) sueño y vigilia, entre ellas las enfermedades de Parkinson, Alzheimer y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). «Es posible que la falta de un buen sueño, con el tiempo, pueda dañar el cerebro», especificó Appelbaum.

Esta conexión entre la falta de sueño y las enfermedades neurodegenerativas es por ahora sólo una hipótesis, y por eso Appelbaum y sus colegas planean seguir haciendo pruebas con mamíferos. «De momento, sabemos que dormir bien es bueno. Esta investigación sólo explica por qué. Es la primera vez que técnicamente hemos logrado acceder al cerebro y tomar estas fotos», finalizó el científico.