Los cuidadores del Cento Zoológico de Tel Aviv, conocido también como Ramat Gan Safari, le devolvieron la vida a una cría de mandril y su madre, Tinkerbell, complacida, no dejaba de abrazarlo.

La cría, el miembro más nuevo de un grupo de mandriles del zoológico, nació el 9 de enero y fue encontrada por los cuidadores en el reducto nocturno que la madre compartía con otro hijo, Tuvia. El recién nacido trataba de aferrarse al vientre de Tinkerbell pero ésta, en cambio, lo jalaba.

Los cuidadores dijeron que vieron cómo madre y cría trataron de formar un vínculo entre las dos en varias ocasiones, pero sin éxito. Durante las dos o tres primeras semanas de vida las crías de mandriles tienen que aferrarse al pelo del pecho y a las manos de las madres, dijo el zoológico.

Los mandriles se consideran vulnerables en su hábitat natural.

La cría, nacida el 9 de enero, se aferra a un guante quirúrgico inflado mientras recibe tratamiento. Cortesía del Centro Zoológico de Tel Aviv-Ramat Gan Safari.
La cría se aferra a un guante quirúrgico mientras recibe tratamiento. Cortesía del Centro Zoológico de Tel Aviv-Ramat Gan Safari.

 

Los cuidadores sacaron con cuidado a la cría del reducto y la llevaron de urgencia al Hospital de Vida Animal del Safari, donde los veterinarios le dieron oxígeno, le hicieron subir la temperatura del cuerpo y la alimentaron hasta que se recuperara.

No la bañaron por miedo a que Tinkerbell la rechazara.

Apenas tuvo más energía, los veterinarios la devolvieron al reducto y encontraron que ésta, contrariada y desorientada, la buscaba.

Los cuidadores dijeron que Tinkerbell, segundos después de que viera que estos llevaban a la cría en las manos, se acercó, la arrebató y se la llevó al vientre.

De acuerdo a los veterinarios, en las primeras 24 horas vieron que le daba de mamar.