Para el galardonado fotógrafo de la naturaleza Amos Nachoum no existen las orcas ni los tiburones devoradores de humanos.

Las criaturas marinas de gran tamaño ciertamente hunden sus prodigiosos y afilador dientes en las presas pero más allá de un “mordisco ocasional de prueba” en alguna persona, los tiburones y otros depredadores submarinos no tienen un apetito natural por los humanos.

Si lo hicieran, Nachoum no habría llegado a la saludable edad de 70 años. Sus fotografías de escualos, ballenas, delfines, focas, anacondas, cocodrilos y otros magníficos animales adornan las páginas de publicaciones como National Geographic, Time, Life, The New York Times, Condé Nast Traveler, People y Esquire.

Entre sus numerosos premios se incluyen el de Fotógrafo de Vida Silvestre del Año de la BBC.

Sonríe, por favor. Este gran tiburón blanco parece sonreírle al fotógrafo. Foto © Amos Nachoum

“Entre los años 80 y 90 descubrí que había mucho miedo y conceptos erróneos sobre estos animales. Me encargué de traerles a las personas una conexión emocional con ellos, no solo para tomar fotografías”, explicó Nachoum.

El galardonado documental de 2019 “Picture of His Life” de los cineastas israelíes Yonatan Nir y Dani Menkin describe de manera increíble la búsqueda de Nachoum para fotografiar osos polares bajo el agua.

“Unas 12 personas aterrizaron en la luna, más de 4.000 personas llegaron a la cima del Everest. Sólo cinco nadaron con osos polares y yo fui el único capaz de capturar no una, sino dos o tres familias de osos polares en el agua”, contó Nachoum con orgullo.

Incluso, un oso polar lo persiguió hasta una profundidad de casi 25 metros. “Esto va en contra de todo conocimiento de cuán profundo pueden llegar los osos polares. Solo dos personas de las cuatro que se sumergieron antes con ellos informaron haberlos visto descender por debajo de los 10 metros. Así que aprendí algo nuevo y lo compartí con todos los demás”, relató.

Una familia de osos polares nada sobre la cabeza de Amos Nachoum. Foto © Amos Nachoum

Nachoum escapó del oso que se sumergía en las profundidades nadando más rápido y más profundo. Es posible que estos animales no anhelen un almuerzo humano, pero estar en su hábitat presenta peligros.

“La fotografía de la vida silvestre es difícil y siempre hay un nivel de seguridad que debo calcular para seguir con vida. Cuando te sumerges en el agua, pierdes el 50 por ciento de tu capacidad para pensar rápido y de forma correcta porque tu cerebro no tiene tierra firme bajo sus pies. Tu espíritu necesita adaptarse todo el tiempo”, explicó el fotógrafo.

Mucha actitud

El premiado fotógrafo de vida salvaje Amos Nachoum. Foto cortesía

Nacido y criado en la orilla del mar en la antigua ciudad portuaria de Yafo en el extremo sur de Tel Aviv, Nachoum se relaciona fuertemente con la famosa cita de Theodor Herzl, “Si lo quieres, es no una leyenda”.

“Eso fue muy profundo en mi educación. Fue mi principal impulso. No importa lo que la gente me dijera y cómo me rechazaran, siempre pensé que podía hacerlo”, afirmó.

El padre de Nachoum quería que su hijo fuera carpintero, no fotógrafo. “Mi familia era gente muy trabajadora, así que para ellos lo que yo quería hacer era inaceptable”, dijo.

Pero luego de servir en la Guerra de Yom Kipur de 1973 y otras batallas, Nachoum partió hacia Nueva York y condujo un taxi para subsistir. “Fue todo una cuestión de actitud. No tenía dinero ni educación superior y tenía acento israelí. No tenía familia en EEUU y decidí no vivir en los ‘kibutzim’ israelíes en Queens o Brooklyn”, recordó.

En 1977, Nachoum comenzó a realizar viajes de buceo a Eilat y pronto se expandió a lugares exóticos como las Islas Galápagos. Desde 1980, su emprendimiento BigAnimals Global Expeditions ha llevado a más de 5.000 personas a explorar y fotografiar criaturas terrestres y marinas desde el Polo Norte hasta la Antártida.

Un cuarto de millón de pingüinos rey. Foto © Amos Nachoum

Buceo y escalada con depredadores

El éxito de BigAnimals le permitió a Nachoum desarrollar su costosa pasión por la fotografía. “Cuando decidí ser fotógrafo a tiempo completo a fines de la década de 1980, la fotografía submarina era popular y tenía que encontrar un nicho que fuera mi firma. Y así surgió lo de los gigantes del océano”, le contó a ISRAEL21c.

Nachoum recordó que las revistas no pagaban lo suficiente, así que creó su propia empresa de expediciones para cubrir sus gastos.

En la actualidad, Nachoum anhela que la gente de sus expediciones y aquellos que miran sus imágenes en casa sientan una conexión íntima con los animales y comprendan la urgencia de los esfuerzos de conservación.

Una osa polar amamanta a sus cachorros. Foto © Amos Nachoum

Una imagen conmovedora que comparte en las presentaciones de TEDx muestra a una madre orca joven y afligida cargando a su cría muerta durante una semana. “Las orcas sufren de un 30 a un 40 por ciento de mortalidad en la naturaleza debido al envenenamiento del mar”, dijo Nachoum, que explicó que su objetivo es ser un “narrador de imágenes” sobre la naturaleza.

Según el, para muchos, bucear con ballenas, osos polares, anacondas y cocodrilos del Nilo parece una locura. “Pero primero soy fotógrafo, no buceador ni alpinista. Buceo y escalo para obtener mis imágenes con el fin de proteger la naturaleza y predicar con el ejemplo”, afirmó.

El buzo Andre Hartman se topa con un gran tiburón blanco frente a la costa de Sudáfrica. Foto © Amos Nachoum

Expediciones y conservación

Nachoum espera reanudar las expediciones líderes en diciembre. “Estoy planeando agregar más actividades de conservación a las aventuras. La gente participará en la investigación durante el viaje, midiendo la temperatura del agua y del aire, el comportamiento de los animales y las poblaciones. Enviaremos la información a las principales agencias de conservación para enriquecer sus conocimientos”, detalló.

Su viaje especial durante el próximo año (o dos) se centrará en las ballenas azules en las Islas Azores y en la nación insular del sureste asiático de Timor-Leste.

“La ballena azul es el animal más grande que jamás haya vivido en el planeta. Tiene más de 30 metros de largo, pesa entre 120 y 180 toneladas y es más grande que cualquier dinosaurio. Pero solo come plancton”, explicó el fotógrafo.

Una ballena azul nada junto a un barco. Foto © Amos Nachoum

El itinerario para el próximo año va desde anacondas y jaguares en Brasil hasta rayas y orcas en Baja. También planea un proyecto privado para buscar panteras nebulosas en la selva.

Nachoum, residente de California desde 1992, se ha ganado el respeto de su familia en Israel desde hace mucho tiempo. “No me arrepiento de seguir mi corazón a pesar de las dificultades por las que pasé para llegar a donde estoy hoy. Y a los padres les digo que animen a sus hijos a expresar lo que tienen en la mente y el corazón, a sobresalir en lo que les interesa en lugar de tratar de encajarlos en un agujero cuadrado”.

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