El atolón Turneffe, un conjunto de islas caribeñas perteneciente a Belice, es uno de los arrecifes de coral más grandes y de más biodiversidad del mundo.

El desarrollo destructivo e insostenible de la humanidad ha dañado y casi destruido por completo a ese atolón y se ha cargado a sus algas y bosques de manglar. Así lo afirmó Turneffe Atoll Trust (TAT), una organización que se encarga de proteger el lugar.

Sin embargo, hay esperanza gracias a los 30.000 dólares recaudados en la campaña de la empresa israelí sin fines de lucro This is My Earth (TiME)

Según el fundador y jefe ejecutivo de TiME, el profesor Uri Shanas -un biólogo de conservación en la Universidad de Haifa-Oranim-, los fondos permitirán que TAT pueda comprar y proteger una localización estratégica de poco más de 20.000 metros cuadrados del atolón de Turneffe y asegurar que no habrá ningún desarrollo sobre lo que Shanas llama «un punto increíblemente hermoso».

Los donantes de TiME pueden contribuir con un dólar cada año para la protección de la tierra en puntos conflictivos de diversidad biológica y votar en línea para determinar qué proyecto recibirá la financiación colectiva. Al final de cada año, TiME asignará donaciones según los resultados de los votantes.

“Con los fondos obtenidos en 2016 y 2017, hemos comprado dos parcelas en el Amazonas y las convertimos en áreas protegidas. Cientos de niños y adultos de todo el mundo, pero sobre todo de Israel, han participado de esto», explicó Shanas a ISRAEL21c.

El científico aseveró que la pérdida de hábitats es el principal motivo de la extinción de ciertas especies. Los bosques tropicales, hogar de dos terceras partes de la diversidad biológica del mundo, desaparecen rápidamente debido a la urbanización, al cambio climático, la deforestación y la explotación comercial. En el caso de Turneffe, se trata del proyecto de un hotel.

Todas las tierras adquiridas por  la oficina de TiME en Nueva York están dando lugar a los indígenas para trabajar en conjunto con las organizaciones de conservación locales que protegen la zona.

Shanas también manifestó que el programa educativo de TiME (en inglés, hebreo y árabe) es conocido ya en muchas escuelas. “Los niños aprenden sobre conservación, geografía, lengua y ciencias sociales. Y hablan de actualidad como la democracia, equidad, responsabilidad y activismo».