“No tocar” es una regla que museos y galerías de arte piden que se observe para evitar que las obras que exhiben no sean dañadas.

Pero David Gerstein, artista israelí, tiene un enfoque más práctico: cree que sus obras son para el público y no para coleccionistas privados o curadores de museos.

«Mi filosofía es que el arte tiene que ser vivo. No debería ser algo que se ve una vez al año cuando uno va a un museo», dijo Gerstein a ISRAEL21c en su estudio en la zona industrial de Bet Shemesh, una ciudad entre Jerusalén y Tel Aviv.

Los objetos cotidianos que representa en esculturas multidimensionales de pared o en esculturas al aire libre, así como en pinturas, grabados, dibujos y diseños, tienen un toque de arte pop.

"Maratón". Foto cortesía.
«Maratón», escultura de pared, se puede ver en Berlín. Foto cortesía.

 

«Es mi arte pop personal. No estoy imitando a Andy Warhol pero mis sentimientos son los mismos cuando se trata de colores e imágenes populares», explicó. «Se trata de hablar con el espectador de igual a igual. Mi trabajo no es un acertijo. Muchas veces voy a museos y veo obras de arte que son ambiguas. Quiero que la gente entienda lo que quiero decir».

El tema de sus pinturas y esculturas está siempre relacionado con sucesos de su pasado. «El recuerdo de mi madre montando en bicicleta lo plasmé en una escultura de pared llamada ‘Tour de France’», dijo. “No invento imágenes así por así. Todas se basan en mis recuerdos».

Amanecer”, producida en 2005. Cortesía de David Gerstein.
«Amanecer”, producida en 2005. Cortesía del autor.

Gerstein ha logrado llevar su lenguaje universal de alegría, humor y optimismo al público en general en muchos países.

Entre las galerías y museos que han exhibido sus obras figuran Ostendorff Gallery (Alemania); Galería Quorum (España); Newbury Fine Art Gallery (E.U.); Catto Gallery (Reino Unido); y el Museu Nacional Do Brasil.

En Israel, sus obras –especialmente las esculturas tridimensionales al aire libre– dan colorido a pueblos y ciudades de norte a sur.

El estudio de Gerstein es una bodega de varias salas rodeada de edificios grises de oficinas. Sin embargo, lo que sucede en el interior es de todo menos sombrío.

No es sino pasar la puerta principal y uno entra en un reino mágico en 3D lleno de vacas y flores, mariposas y pájaros, y ciclistas que no pedalean a ninguna parte. Pinturas enmarcadas muestran peces dorados, balcones y escenas urbanas llenas de vida.

No es de extrañar que los hospitales y las residencias de ancianos en China esperen en cola para recibir una dosis de la felicidad que irradia Gerstein.

«Nunca pensé que llegaría al Lejano Oriente», dijo.

En la actualidad está trabajando en ocho murales enormes en China y en una exposición en Beijing, agregó, y se ha reunido con curadores de arte chinos que han mostrado interés en obra.

Aunque terminó recientemente una escultura grande para el Centro Médico Shaare Zedek, en Jerusalén, los hospitales no son, ni mucho menos, sus únicos clientes.

En enero, el artista, viudo y de 72 años de edad, presentó al Papa Francisco una escultura mural de dos capas de colores brillantes que representa el Salmo 23, cuyo texto, en hebreo y español, dice: “El Señor es mi pastor, nada me faltará».

“Momentum”, que se ouede ver en Singapur. Cortesía de David Gerstein.
“Momentum”, que se puede ver en Singapur, mide 18,35 mts. Cortesía del autor.

 

Su obra más famosa, una escultura de 18,35 mts. de altura hecha en acero titulada “Momentum”, se levanta en el distrito financiero de Singapur. «Se ha convertido en un símbolo», dijo.

Gerstein, uno de los artistas contemporáneos israelíes más conocidos, nació y se crió en Jerusalén. A los 21 años comenzó estudios en la Escuela de Arte Bezalel, el principal centro de este tipo en Israel. En la década de los 60 partió hacia París, donde estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes y posteriormente fue a Nueva York, donde estudió en la Liga de Estudiantes de Arte. A su regreso a Israel comenzó a dictar clases en Bezalel.

El artista trabajando en una de sus obras. Cortesía de David Gerstein.
El artista trabajando en una de sus obras. Foto cortesía.

 

En 1980 creó su primera escultura bidimensional. En ese entonces los instrumentos de alta tecnología para cortar con láser no existían, así que talló figuras de burros en madera.

Durante los siguientes 15 años esculpió y pintó figuras en ese material, que con el tiempo lo harían sobresalir en el mundo del arte.

“Creía en el nuevo estilo que estaba creando”, dijo. “Mi familia creyó que me estaba volviendo loco. Era reconocido como artista y pintor. Creyeron que era una etapa que superaría”.

Hoy hace uso de tecnología láser para cortar acero y aluminio. Y los colores brillantes que usa obedecen a que tiene cubrir el metal con pintura industrial.

Gerstein llama a esta pieza “Lápiz de labios”. Foto cortesía.
Gerstein llama a esta pieza “Lápiz de labios”. Cortesía del autir.

“Me gustan los colores puros y los industriales”, dijo. “Mi pintura cambió también y los colores brillantes se volvieron parte de mi obra”.

De hecho, empezó a crear objetos pequeños –estampados con el logo de Gerstein Design– porque el público le decía que el precio de las obras estaban fuera de su alcance. Ha continuado produciendo pequeños objetos a precios asequibles, a pesar de que los curadores de museo le dicen que así va a “saturar el mercado”.

Versión de Gerstein de cactus del Valle de Elah, en Israel. Foto cortesía.
Versión de Gerstein de cactus del Valle de Elah, en Israel. Foto cortesía.

Gerstein pinta a mano las obras de edición limitada, pero las pequeñas, que vende en cantidades grandes, son impresas. El precio oscila entre de $100 y $1,5 millones de dólares.

¿Cuál de sus obras es la favorita? «Mi favorita es la que estoy a punto de hacer”, dijo. “Mi mente está siempre pensando en la siguiente creación».

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