El desarrollo urbano global está en su punto más alto. Y con eso llega la pérdida de biodiversidad, la degradación del hábitat y la mayor frecuencia de las prácticas de deforestación.

De acuerdo con el Banco Mundial, el planeta sufrió la pérdida de 1.300.000 de kilómetros cuadrados  de bosque entre 1990 y 2016 .

Así, muchas poblaciones de animales salvajes se han reubicado y hoy integran el paisaje urbano invasivo, del cual muchas especies dependen por completo.

Los inevitables encuentros con la gente no suelen ser considerados como positivos.

Sin embargo, un equipo de investigadores diseñó un proyecto que cierra la brecha de relación entre humanos y los animales dependientes de la ciudad para cambiar la perspectiva del rechazo hacia una mayor aceptación.

Un proyecto que viaja de Nueva York a Tel Aviv

El Proyecto “Synanthrope Preserve” fue creado por la artista e investigadora interdisciplinaria israelí Gal Nissim y la diseñadora y desarrolladora de software Jessica Scott-Dutcher.

Esta iniciativa se compone de una serie de experiencias de audio inmersivas que conecta y explora las dinámicas de relación a menudo pasadas por alto entre las personas que viven en áreas dominadas por la ciudad y los sinantrópos (criaturas y plantas que se benefician de vivir en esos hábitats artificiales).

Hasta el momento, el trabajo combinado de arte y ciencia de Nissim se centró en la ciudad de Nueva York. De hecho, hay tres experiencias “sinantrópicas” para participar: «La Paloma Azul » en Washington Square Park, que explora las palomas; «El oso que se lava» en Central Park, que involucra mapaches; y «El primero en cruzar» en Tompkins Square Park, que se centra en las ratas.

En estos días, el trabajo de Nissim se está expandiendo e incluirá un recorrido en audio que considera la historia y el estado actual de la población de chacales en el Parque Yarkon de Tel Aviv.

La experiencia del «Aullido dorado», que será lanzado en 2021, dará a los participantes una mirada profunda a la evolución simultánea del parque desde mediados del siglo XX junto con el estado de la población de chacales durante ese tiempo.

La idea es que el proyecto genere una mayor comprensión entre la gente de la ciudad con respecto a las criaturas y tal vez disminuya las percepciones negativas y las nociones preconcebidas sobre la vida animal urbana.

Percepciones que cambian

Del término griego “sinántropo” (junto con el hombre), el nombre del proyecto se refiere a un miembro de una especie animal que vive cerca de los seres humanos y se beneficia de los hábitats artificiales que las personas crean a su alrededor.

La cantidad de casos de animales que se refugian en el paisaje de la ciudad no hace más que crecer. Este fenómeno ha estado ocurriendo durante tanto tiempo que algunos animales se volvieron totalmente dependientes de las ciudades para vivir, lo que indica que las áreas urbanas pueden funcionar como ecosistemas.

Sin embargo, los animales sinantrópicos como ratas, mapaches y palomas suelen ser percibidos como negativos y con frecuencia son blanco de exterminio. Pero como describe Nissim, los métodos letales para controlar a las consideradas como plagas tienden a crear una reacción en cadena que afecta inadvertidamente a otros animales que no son “invasores”.

«Al principio, Nueva York empezó a usar veneno para matar a las ratas pero luego los halcones urbanos comenzaron a morir por comer ratas envenenadas», afirmó Nissim.

Mientras la ciudad aprendió de su error y comenzó a emplear un método más contenido,  la artista buscó una alternativa más armoniosa.

Teniendo en cuenta los elementos permeables de la naturaleza que a menudo se pasan por alto, Nissim colaboró ​​con colegas del programa de telecomunicaciones de la Universidad de Nueva York para crear el proyecto “Synanthrope Preserve” con el objetivo de plantear preguntas y crear conciencia sobre los animales comunes de la ciudad.

Los recorridos de audio están destinados a identificar la desconexión entre los seres humanos y los animales y mostrar cómo los comportamientos de consumo humano perpetúan el problema. Nissim busca cambiar las perspectivas de las personas hacia la convivencia con otras criaturas.

Elige tu propia aventura

Cada uno de los tres recorridos de audio autoguiados que operan en Nueva York dura aproximadamente 30 minutos y son accesibles desde una computadora o una aplicación para teléfonos inteligentes.
Y todos describen las historias de vida de un animal en particular y cómo se ha adaptado a la urbe.

La experiencia «El primero en cruzar » que explora la vida de las ratas en Tompkins Square Park es un recorrido de del tipo «Elige tu propio estilo de aventura» en el que se puede aprender algo diferente dependiendo de la dirección que se tome.

“La idea es crear una conversación, hacer que la gente entre en un grupo y luego se separe. Al final, vi que las personas hablaban y compartían las partes que escuchaban entre sí y discutían lo que habían aprendido”, contó Nissim.

Mientras que las ratas en la ciudad de Nueva York están asociadas con sentimientos de disgusto, los chacales de Israel causan algo de miedo porque más que verlos se los escucha.

Con la experiencia «Aullido Dorado» los residentes de Tel Aviv podrán comprender mejor a los chacales, por qué es importante su presencia en la ciudad y qué se puede hacer para compartir el hábitat de manera segura y equitativa.

Hasta el momento, las reacciones a los recorridos de audio de Synanthrope han sido mayormente positivas e incluso algunas personas compararon la experiencia con un safari.

«Para mí, fue muy sorprendente ver cuántas personas en Nueva York estaban emocionadas de ver ratas, lo que generalmente no suele ocurrir, explicó la investigadora.

Las posibilidades para futuras experiencias del proyecto “Synanthrope Preserve” podrían incluir murciélagos, cuervos y gaviotas.

“Lo divertido de esto es que es infinito. Veo más y más animales que son empujados al espacio urbano y que tienen más éxito que sus contrapartes rurales como los halcones peregrinos”, finalizó Nissim.

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* Max Kaplan-Zantopp escribe para la Agencia de Noticias de Ciencia y Medio Ambiente ZAVIT