Diferentes organizaciones locales trabajan para apaciguar las tensiones y promover el entendimiento entre el 74 por ciento de judíos y el 21 por ciento de árabes en Israel pero pocos abordan la gran división entre los judíos seculares y el 13 por ciento de la minoría de judíos ultraortodoxos.

Una encuesta publicada en febrero por el Centro de Psicología Social para el Cambio Social aChord de la Universidad Hebrea reveló que casi el 37 por ciento de los israelíes seculares entre 16 y 18 años tienen estereotipos negativos de sus pares ultraortodoxos.

En contraste, alrededor del 20 por ciento tiene estereotipos negativos de los árabes.

Mientras que el 23 por ciento de la juventud secular expresó odio hacia los ultraortodoxos, solo el 7 por ciento de los religiosos expresó lo mismo para con los seculares.
Pero más del 70 por ciento de los encuestados de ambos grupos demográficos indicaron que querían que las relaciones entre ellos mejorasen.

A menudo, el resentimiento surgen del hecho de que la mayoría de los israelíes ultraortodoxos no sirven en las Fuerzas de Defensa de Israel o en el Servicio Nacional, como lo hacen los ortodoxos laicos y centristas.
La pandemia de COVID-19 solo incrementó la animosidad y cada grupo señaló ejemplos del otro que violaban las pautas de salud pública.

El problema de fondo es que es más fácil odiar o temerle al “otro” si nunca ha habido una conversación entre ellos y solo se ve que cada uno se visten y se comporta de manera diferente.

La Fundación Be a Mensch trabaja con el Ministerio de Educación para brindarles a los estudiantes seculares de secundaria y postsecundaria una oportunidad única de familiarizarse con ciudadanos ultraortodoxos.

El objetivo de estos encuentros semanales no es cambiar las opiniones o prácticas religiosas de nadie sino fortalecer la comprensión y la unidad.

El voluntario Shlomo Goodman interactúa con adolescentes seculares en una escuela secundaria de Hod Hasharon. Foto cortesía de Fundación Be a Mensch

Tolerancia, respeto y consideración por el prójimo

“La unidad es la gracia salvadora de nuestro país y es el grito de batalla actual. Lo que debemos hacer es promover la unidad para que nuestra nación sea internamente más fuerte para enfrentar los desafíos internos y externos que se avecinan”, expresó el doctor Moshé Kaplan, fundador y director ejecutivo de la fundación.

En idish, “mensch” significa “hombre” pero esta palabra es popularmente utilizada para describir a una persona buena y amable.

En 2012, Kaplan, un médico de origen estadounidense, creó la fundación con una junta que incluye a tres premios Nobel israelíes; la leyenda del baloncesto israelí y estadista Tal Brody; el diplomático israelí Michael Oren y el exsenador estadounidense Joe Lieberman.

El voluntario Shlomo Goodman habla con chicas en una escuela secundaria de Hod Hasharon. Foto cortesía de Fundación Be a Mensch

“En lo que todos estamos de acuerdo es que cada uno debería ser ‘mensch’ sin importar la política y la religión. Enseñamos tolerancia, respeto y consideración. Y adoptamos un enfoque a largo plazo y desarrollamos relaciones para deshacernos de los estereotipos. Los participantes ven que todos nadamos juntos o nos hundimos juntos. Básicamente, estamos enseñando el amor”, dijo Kaplan.

Hace más de tres años, Be A Mensch nombró al ultraortodoxo Yehuda Shine, consultor educativo y desarrollador de planes de estudios, como asesor estratégico para el proyecto de unidad.

En 1997, Shine fundó Equality Now (Igualdad ahora), un movimiento social apolítico que promueve la tolerancia, solidaridad, igualdad y justicia social entre decenas de miles de israelíes laicos, religiosos y ultraortodoxos.

“Durante años Yehuda se reunió con muchos grupos seculares para llevarles un mensaje de amor mutuo. Así capacitó a facilitadores de ultraortodoxos para que dirigieran nuestras sesiones”, indicó Kaplan.

El proyecto de unidad de la escuela secundaria está a cargo de Moshé Shacor, ex director del programa Tzavta del Ministerio de Educación para academias y escuelas secundarias premilitares.

Moshé Shacor, director de proyectos de Unity, habla con estudiantes en una escuela secundaria de Hod Hasharon. Foto cortesía de Fundación Be a Mensch

“La curiosidad ardía dentro nuestro”

Con la aprobación del Ministerio de Educación, Be a Mensch lleva a sus facilitadores a escuelas secundarias seculares de élite, academias premilitares y grupos de exploración del movimiento sionista Hashomer Hatzair.

“Hasta aquí, nuestras actividades se limitaron a unas pocas ciudades como Beit Shemesh, Jerusalén, Tel Aviv y Herzliya. Nos expandimos todo el tiempo y hoy ya estamos en 26 escuelas, la mayoría en el área del Gran Tel Aviv, pero hay medio millón de adolescentes en el grupo demográfico al que pretendemos llegar”, explicó el titular de la fundación.

La voluntaria Bracha Miller hablando con chicas adolescentes en Hod Hasharon. Foto cortesía de Fundación Be a Mensch

Liat Netzer, jefa de investigación en el departamento de educación de aChord, le dijo a ISRAEL21c en Español que si los jóvenes seculares están preparados para abordar estos encuentros con un sentido de curiosidad y esperanza, las reuniones pueden ser un camino importante para promover la tolerancia.

“El odio no es lo opuesto al amor, sino en muchos sentidos lo opuesto a la esperanza. Si alguien cree que su relación no puede cambiar, no hay esperanza. Por lo tanto, es necesario traer a diferentes tipos de ultraortodoxos con diferentes perspectivas para mostrarles a los seculares que ellos no son tan homogéneos como podrían esperar sino que son diversos y variables. Es importante crear curiosidad y dejar que los niños hagan preguntas para ayudarlos a pensar con más esperanza”, expresó Netzer.

De hecho, una declaración de evaluación de un Hashomer Hatzair Scout incluía una referencia a la curiosidad. “Recuerdo la primera vez que nos sentamos a hablar, cómo nuestros ojos se exploraban unos a otros. Estábamos vestidos de manera muy diferente, pero a todos nos ardía la curiosidad”, escribió la adolescente.

Para ella, la sesión fue significativa e interesante “… asombrosa e intrigante, y comencé a simpatizar con algunas de las muchas cosas que no me gustaban antes de las reuniones y realmente espero seguir reuniéndonos y crear una forma de aprender y trabajar juntos”.

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