Niv Glazman tiene 28 años y vive en Florentin, el barrio más bohemio de Tel Aviv. Estudia en el Instituto Holón de Tecnología y trabaja como barman en el pub Benedict.
Pero, aunque lo hace muy bien, no es su habilidad para servir tragos lo que le está dando notoriedad en todo Israel y más allá. Son sus imágenes artísticas de la vida en la ciudad.
Si la fotografía le permitiese pagar el alquiler de forma regular, el joven estaría sacando fotos todo el día. Porque hace mucho que dejó de llamar pasatiempo a su pasión.
«No es fácil ganarse la vida con la fotografía. No es nada sencillo ser un profesional independiente y tener que buscar trabajo todo el tiempo. En estos días en que todos tienen una cámara y saben cómo hacer una sesión de fotos, hay que destacarse”, le dijo Glazman a ISRAEL21c.
Esa singularidad es la que radica en su trabajo y en su ojo. Es que Niv Glazman busca imágenes que «transmiten el sentimiento detrás de ellos, que siempre cuentan una historia feliz de Tel Aviv».
Una de sus inspiraciones es la fotografía urbana de Tel Aviv de Evyatar Dayan. Cuando camina por la ciudad con su Nikon D610, Glazman escanea escena en busca de rostros y situaciones espontáneas.
“Nunca sé qué pasará cuando salgo a la calle. A veces vuelvo a casa sin ninguna foto buena», afirmó el artista. Y añadió: “Me gusta tomar fotos de la gente. Creo que los seres humanos son las criaturas más interesantes «.
Como la mayoría de los fotógrafos urbanos, Glazman no les pide permiso a las personas tomarles fotos.
«La calle es un lugar público y una vez que estás allí, eres parte de ella. Intento tomar fotos que no molesten a las personas. A veces le pido permiso a alguno pero el resultado será diferente», explicó.
Cuando era niño, Glazman no se sentía particularmente atraído por la fotografía a pesar de que su padre es un ávido fotógrafo aficionado.
Todo eso cambió cuando terminó el servicio militar y su padre le compró una cámara y le regaló un curso para principiantes.
«Desde entonces, el resto es historia», contó.
«Hoy en día tengo mi propio estudio en mi casa y busco nuevas direcciones de fotografía para crear mi arte desde cero y hacer mis propios ajustes».
Con tantos fotógrafos talentosos que deambulan por las calles de Tel Aviv, ¿qué siente Glazman que se destaca en su estilo fotográfico?
«Es una buena pregunta. No siento que me destaque. Simplemente hago lo que amo y amo lo que hago. Quiero llevar mi punto de vista de mi pequeño mundo a la gente que me sigue”, respondió.
«Trato de hacer que la gente ‘sienta’ mis fotos. Pienso que una buena imagen es aquella que te hizo mirarla algo más que unos segundos. En estos tiempos modernos de Instagram y Facebook, es eso lo que hace la diferencia», finalizó.
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