El Lago Kineret, también conocido como el Mar de Galilea, es el lago nacional de Israel y también uno de sus tesoros. Su naturaleza es riquísima y es ideal para realizar actividades acuáticas.
Además, tiene historia en abundancia y ahora es un momento inmejorable para descubrirlo. Si necesitas convencer a alguien de que te acompañe, lee nuestras seis razones principales para visitar el Kineret lo antes posible.

1. Está casi lleno

Puedes navegar para apreciar el aumento del nivel del agua en el lago. Foto: Shutterstock

 

Como cualquier niño israelí sabe, el nivel de agua del Kineret es un asunto de gran importancia, por no decir una ligera obsesión aquí en la Tierra Santa. Las lluvias inusuales de este invierno hicieron que el nivel del agua del lago subiera rápida y sustancialmente, alejándose cada vez más de la temida «línea negra» de su parte inferior. Así, luce más bonito y saludable.

A mediados de abril, la línea de agua se situó en -211,5 metros por debajo del nivel del mar, justo por encima de la «línea roja inferior», otro indicador de falta de agua. Un Kineret completo requeriría que el agua alcanzara los -208.8 metros por debajo del nivel del mar, pero no está tan lejos.

Para apreciar esta maravilla fluvial, te recomendamos navegar por el lago de la manera que te quede más práctica. Opciones no faltan.

2. El calor del verano aún no llegó

El clima ideal de primavera invita a las visitas. Foto: Shutterstock

 

Miles de israelíes juran que nunca pondrán un pie en el Kineret en el verano. Y es fácil entenderlos: el calor sofocante y la humedad son apenas tolerables y, además, el agua a veces ni siquiera está demasiado fresca como para aliviar el sofocón de los meses estivales.

En cambio, muchos prefieren visitar el Kineret en primavera, cuando las temperaturas de entre 21 y 29 grados son mucho más amigables y la humedad -o mejor dicho su ausencia- nos permite respirar.

Un consejo: en abril aún hay lluvias esporádicas y días grises así que mira el pronóstico del tiempo antes de planear una acampada o ir a nadar. De todos modos, es preferible llevar una chaqueta que sufrir un clima que, en los días de verano, parece salido de una jungla tropical.

3. La naturaleza está en pleno florecimiento

Los paisajes se visten de gala para las fotos en la primavera, con flores silvestres recién nacidas y la vegetación en su punto más verde. ¿Qué mejor manera de disfrutarlo que a pie?

Una de las mejores opciones para una caminata o trekking al aire libre es el Sendero de Jesús, un viaje de 64 kilómetros desde Nazaret a Cafarnaúm. En lugar de recorrer todo el camino, puedes hacer algunas de las bonitas partes del camino que bordean el lago.

El camino te lleva a través de deliciosos paisajes en el Monte Tabor, pasa por  la Iglesia de la Multiplicación de los Panes y los Peces y termina en el antiguo pueblo de Cafernaúm, que fue el hogar de Jesús en el norte de Israel.

4. No está repleto de gente en la primavera

Mosaicos antiguos en la Iglesia de la Multiplicación de los Panes y los Peces. Foto: Shutterstock

 

Ser uno de los lugares más bonitos de un país siempre tiene un precio. En este caso, los tremendos atascos de tráfico en las rutas aledañas al lago y los restaurantes y paradores abarrotados de autobuses turísticos. Si te apetece apreciar con calma la fascinante historia de la zona sin sentirte como una sardina enlatada, ¡este es tu momento ideal!

Para los amantes de la historia, el paseo obligatorio incluye la mencionada Iglesia de la Multiplicación de los Panes y los Peces en Tabgha, donde se cree que Jesús alimentó a 5.000 personas con sólo cinco panes y dos peces. El templo se construyó originalmente en el siglo IV d. C. y se amplió un siglo más tarde, cuando se agregaron los coloridos mosaicos que distinguen a esta iglesia.

En las orillas del lago, también puede verse la tumba de Maimónides, o visitar el hotel y museo Dona Gracia.

5. Disfruta de un buen baño a la antigua usanza.

Toma un baño saludable en las piscinas termales de Hamei Tveria. Foto: cortesía de WikiMedia Commons.

 

Después de hacer una excursión al sol, disfrutar del paisaje y revisitar la historia, un buen baño termal puede ser más disfrutable que nunca. El lugar ideal para hacerlo es Hamei Tveria (también conocido como Tiberias Hot Springs, en inglés).

Este bonito complejo, que data de la época de los romanos, cuenta con 17 manantiales naturales para disfrutar de un tiempo de relax en piscinas y saunas y tratamientos de spa con minerales.

6. ¿Alguien dijo Chocolate?

Disfruta de un dulce capricho a orillas del lago en Galita. Foto cortesía

Para finalizar tu visita con una nota dulce, dirígete a Galita, la fábrica de chocolate y tienda del kibbutz Degania Bet.

Allí puedes participar de uno de los talleres de fabricación de chocolate, incluido el llamado «Una celebración de la primavera», en el que puedes hacer paletas de chocolate y bombones primaverales.

Vale la pena sentarse y disfrutar de un dulce y un café en uno de los kibutzim más emblemáticos de Israel. Ahora es la época perfecta para hacerlo.
Lástima que la primavera no dura para siempre…