Cuando alguien viaja a Israel, lo primero que le llama la atención no es la confianza de los israelíes, el intenso calor en verano o los fuertes chaparrones invernales sino la manera en que se organiza la semana en el país. ¿Cómo es que esta empieza un domingo? ¿De verdad?

Así es. La semana comienza el domingo y, pasado un tiempo en Israel, uno acaba por acostumbrarse a este cambio tan inusual. Y también a salir los jueves por la noche.

¿Qué se puede hacer un viernes al mediodía cuando muchos negocios, restaurantes e incluso el transporte público dejan de trabajar desde ese día a la tarde hasta el sábado (shabat) cuando se hace de noche? ¡No importa! Hay muchas opciones para aquellos que prefieren aprovechar y salir antes de que termine la semana. Aquí compartimos una lista con algunos de los mejores planes para hacer.

1. Ir la playa y no sólo a tomar el sol

Paseo marítimo de la playa de Haifa. Foto de Jessica Halfin

Muchas playas israelíes cuentan con pintorescos paseos marítimos. Los viernes por la noche y los sábados son ideales para salir a pasear aunque estas zonas ya no son solamente para hacer una caminata. Allí es posible hallar carriles para bicicletas, parques, exposiciones de arte, gimnasios al aire libre, percusionistas y gente bailando danzas tradicionales de Israel.

Los paseos marítimos recién renovados de Rishon LeTzion y Bat Yam están hechos con bambú para absorber dióxido de carbono y emitir oxígeno. Hay juegos de agua, plazas, restaurantes de lujo y una iluminación con lámparas colgantes que, en conjunto, son motivos más que suficientes para visitarlos.

En Netanya, los paseos frente al mar incluyen una magnífica vista panorámica de la playa desde lo alto de los acantilados. Ashkelon, Haifa y Nahariya son otras de las agradables opciones que se pueden visitar en Israel.

2. Visitar un museo

Lugares clásicos como el Museo de Israel -que nadie debería perderse- y otros sitios de exposición no tan conocidos como el Nazareth Village están abiertos los sábados.

Utilizado como exteriores de muchas películas históricas, el Nazareth Village es una réplica basada en descubrimientos arqueológicos de un poblado israelí del siglo I de nuestra era.

El Museo Infantil de Israel en Holón presenta muestras interactivas como el Magical Mistery Tour de los Beatles o pequeñas exhibiciones experimentales donde el visitante puede descubrir cómo se siente ser sordo, ciego o anciano.

3. Cenar en un restaurante no kosher

Israel cuenta con una sorprendente cantidad de restaurantes, abiertos incluso los viernes por la noche y también los sábados. Es más sorprendente aún el gran número de restaurantes de lujo abiertos en Jerusalén. Uno de ellos es el taller culinario Hasadna, cuya dirección está a cargo del grupo Machneyuda, especializado en cocina creativa.

En Tel Aviv no hay que perderse el OCD, el sitio favorito para los amantes de la cocina local, que une cultura, elementos tradicionales y la atrevida actitud israelí en una selección de menús de degustación compuesta por nueve platos creados por el chef Raz Rahav.

4. Conocer a las minorías de Israel

Los sábados son un buen día para visitar los pueblos israelíes que no tienen mayoría judía. Viajar al norte para aprender sobre los drusos y su cultura -e incluso aprender a cocinar como ellos en una de sus casas con el taller de cocina organizado por Galileat– es un gran plan.
También se recomienda hacer el tour gastronómico de Acre (Akko) para probar la excelente cocina árabe de la costa norte.

5. Visitar las bodegas de la Galilea y el Golán

¿Hay un coche disponible? ¡Genial! Con movilidad, existe la opción de pasar el fin de semana en la Toscana de Israel, donde hay bodegas familiares en las que se elaboran galardonados vinos no kosher. Algunas de ellas son Chateau Golan, Assaf Winery y Galil Mountain Winery .

6. Disfrutar del shabat

Ciudad vieja de Jerusalén. Foto de Jessica Halfin

En un mundo repleto de teléfonos móviles y redes sociales, la idea de frenar un día entero para disfrutar del shabat puede resultar muy relajante.

Sin embargo, prepararse para eso puede resultar lo contrario; un sinfín de compradores en busca de productos de última hora y ajetreados cocineros luchando por dejar toda la comida lista antes de que se ponga el sol puede generar estrés. Pero no todo está perdido: visitar localidades con mayoría observante, como la ciudad antigua de Safed o Jerusalén, puede hacer que la frenética mañana de viernes llena de preparativos sea continuada por una calmada tarde y hasta convertirse en la antesala de un sábado tranquilo.

Para vivir la experiencia al máximo, recomendamos llegar la noche del jueves o la mañana del viernes. En Safed bien vale visitar las famosas sinagogas cabalísticas, pasear por el barrio de los artistas y, una vez pasada la noche, disfrutar del sábado recorriendo la ciudad y admirando las bonitas vistas de la montaña.

El mismo plan funciona en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Se recomienda llegar el viernes por la mañana, visitar los monumentos y puntos turísticos y probar la comida tradicional de shabat con una familia local para después aprovechar el sábado paseando por las antiguas callejuelas de la ciudad hasta que caiga la noche y comience la nueva semana.

7. Disfrutar del Kineret (Mar de Galilea)

Una playa en Tiberíades. Foto de Leonid Andronov/Shutterstock.com

Muchas de las playas de Tiberíades son muy conocidas entres aquellos israelíes que gustan de acampar y los visitantes más ruidosos pero también hay otras playas mucho mejor cuidadas que permiten experimentar un lado diferente de las aguas de este lago de Israel, de las que se dice que Jesús caminó sobre ellas.

En la playa privada Bora Bora no se permite entrar con comida pero la entrada de 50₪ hace que valga la pena disfrutar de sus instalaciones muy bien cuidadas.

Al este del Mar de la Galilea se encuentra Hamat Gader, un complejo construido alrededor de aguas termales naturales al lado de ruinas romanas. Si la intención es relajarse, esta es una de esas paradas necesarias ya que incluye spa, un hotel boutique, estanques con peces, un parque acuático, una granja de cocodrilos y un zoo interactivo.

8. Pasar unos días en una granja

Cap: Niños muestran zanahorias recién recolectadas en el Negev occidental. Foto de Doron Horowitz/FLASH90

Israel es famoso por sus actividades rurales para toda la familia. Shvil HaTapuzim (El camino de las naranjas) y Pull Gezer son dos granjas situadas en la región central del Sharon que están abiertas los fines de semana. Estas animan a los visitantes a aprender sobre las actividades agrícolas y a recolectar sus propios frutos y flores de temporada.

9. Dejar fluir el lado romántico

Plato servido en el Hotel Boutique Yehelim en Arad. Foto: cortesía

¿Quién no ha soñado alguna vez con una escapada romántica en una pequeña cabaña o en una posada rural en algún lugar remoto rodeado de naturaleza?

En Israel hay muchas cabañas que se pueden reservar a través de páginas como booking.com. Recomendamos hostales como Yehelim en Arad, un pueblo en el sur del desierto de Judea. Este lugar ofrece privacidad, espectaculares vistas al Mar Muerto, un completo desayuno tradicional y, quizás, la posibilidad de ver camellos y cabras monteses desde la ventana.

Otra opción son los albergues de algún kibutz, que acercan el estilo de vida comunitaria a los visitantes a través de una cena colectiva.

10. Sentir el desierto

Observar las estrellas en Mitzpe Ramon. Foto cortesía de Deep Desert Israel

Un visita al Centro Vidor en el Valle de Aravá (abierto toda la semana) es algo divertido y además didáctico ya que los visitantes aprenden de manera interactiva sobre la creciente industria agrícola del desierto israelí.

Otra opción recomendable es disfrutar de una mágica noche llena de música en el desierto. Para ello, el lugar es el Mitzpe Ramon Jazz Club. Y ya que hablamos de la noche, las rutas de observación de las estrellas junto a un astrólogo son algo imperdible.