México es el primer país en aprobar un innovador tratamiento para el tratamiento de cáncer de próstata en su fase inicial. La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, una agencia vinculada a la Secretaría de Salud de ese país, lo aprobó, el cual combina un nuevo fármaco, Tookad Soluble, y el uso de láser.

El tratamiento fue creado en el Instituto Weizmann de Ciencia, en Rehovot, en el centro de Israel. La institución trabajó de forma conjunta con Steba Biotech, de Luxemburgo, en el desarrollo clínico. Y la Compañía Yeda de Investigación y Desarrollo, la división tecnológica del Instituto Weizmann a cargo de la transferencia tecnológica, otorgó la licencia a Steba Biotech para la producción del medicamento.

“Nuestra colaboración con Steba cubre 20 años de relaciones fructíferas. El compromiso de los propietarios de Steba y su relación personal y eficaz colaboración con científicos del Instituto Weizmann y Yeda han hecho posible este tremendo logro”, dijo Amir Naiberg, jefe ejecutivo de ésta.

México dio la aprobación una vez se completó una segunda Fase III de pruebas clínicas en Europa, en las cuales participaron más de 400 pacientes en 43 hospitales de 11 países europeos. Las pruebas están siendo evaluadas por la Agencia Europea de Medicamentos.

El tratamiento sigue un nuevo esquema desarrollado por los profesores Yoram Salomon, del Departamento de Regulación Biológica, y Avigdor Scherz, del Departamento de Plantas y Ciencias Medioambientales y Plantas, en el marco de terapias fotodinámicas. Consiste de una inyección intravenosa de Tookad, seguida de inmediato por iluminación laser casi infrarroja a través de fibras ópticas finas que se insertan en los tejidos cancerosos de la próstata, bajo control con ultrasonido.

No requiere hospitalización y se realiza en unos 90 minutos. El tratamiento, que es focal, destruye los tejidos infecciosos pero deja intactos los no cancerosos.

«Los pacientes salen unas pocas horas después y pueden volver a su rutina en varios días, sin ninguno de los efectos secundarios que frecuentemente son consecuencia del tratamiento de cáncer de próstata con cirugía o radioterapia. Esta novedosa técnica, que es mínimamente invasiva, es una buena alternativa para pacientes con un diagnóstico temprano de cáncer de próstata”, según un comunicado del Instituto Weizmann.